Reencuentros

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Al día siguiente Fermin y Max se levantaron pronto, se prepararon y cruzaron la chimenea para el intercambio de cuerpos.
Al llegar, todos estaban en el salón, Marcos y Rebeca se encontraban en el medio.
- Ya han llegado- dijo Julia dándoles las cajas de pastillas. Ambos se miraron preocupados, y empezaron a ingerirlas rápidamente. Sandra miraba con angustia y Paula también, no quería ver a su hermano morir, aunque sabía que era temporal.
Todo el mundo observaba en absoluto silencio. Quince minutos más tarde ambos cayeron de redondo al suelo. Se acababan de suicidar. Se habían tomado casi toda las pastillas. Julia miró como Fermin y Max se acercaron a los cadáveres. Todos los demás seguían la mirada de Julia.
-Porque no salen los fantasm - Max la cortó con un gesto de silencio, segundos después los fantasmas de Rebeca y Marcos salieron. Fermin les sonrió.
- Rebeca - dijo, y se dieron un fuerte abrazo a modo de reencuentro - gracias de verdad, Marcos - dijo mirando al joven que se miraba las manos incrédulo - Carol esta deseando verte, aprovecha - dijo, y se dejó caer encima del cuerpo de Rebeca, este lo absorbió, Max hizo lo mismo sobre el de Marcos . Marcos y Rebeca se marcharon a la nube.
Julia miraba a todos lados desconcertada, hasta que de repente, "Rebeca y Marcos" abrieron los ojos y se incorporaron. Todos miraban atónito a donde ocurría la situación.
Entonces "Rebeca" se acercó a Maria, que tenía los ojos super abiertos.
- María- dijo Fermin en el cuerpo de Rebeca, aunque su cuerpo era el de Rebeca, la voz de Fermin era la misma. María se echó a llorar y lo abrazó, y sin importar la apariencia de Fermin, ella sabía que detrás de ese cuerpo estaba su marido, lo beso. Se fundieron en un beso lleno de amor y desesperación, se echaban muchísimo de menos, todos aplaudieron.
- Fermin tenemos que viajar a Nysiros cuanto antes para coger las piezas de la máquina en los laboratorios de allí - dijo Max en el cuerpo de Marcos. Así que con una despedida rápida, los dos fantasmas vivos se fueron al aeropuerto.

Aquel día por la noche, después de más de 15 horas en Nysiros buscando las piezas, Fermin y Max regresaron al chalet con todo. Estaban listos para empezar.
- Ya estamos aquí, no hemos tardado nada en coger las piezas- dijo Max, era raro escuchar al cuerpo de Marcos con una voz tan grave como la de Max. Iván, que estaba en el sofá se levantó para ayudar.
- Ya están aquí arguiñano y mi calvo de la lotería favorito - dijo cogiendo una de las piezas dejándola en la cocina - ¿cuando empezamos? - preguntó.
- Mañana os levantaré a todos a las siete así para empezar que vete a dormir ya - dijo Fermin, y le dijo a Max que también se fuera.

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En la nube Marcos y Carol habían tenido un recuerdo precioso.
Rebeca y Marcos entraron por la puerta del internado fantasma y se dirigieron al comedor, de donde provenía el ruido. Ambos miraban todo alucinado. ¡Era igual que el de verdad! Cuando llegaron al comedor Rebeca se acercó a saludar a todos. Marcos se quedó mirando a Carol, que cuando se percató se levantó y saltó en sus brazos.
- ¡Marcos! - y se fundieron en un beso único donde solo la unión de sus labios y bocas, dijo más que todas las palabras del mundo. Todos aplaudieron.
- Carol, te he echado muchísimo de menos - dijo cogiéndola de la mano.
- Todo este tiempo te he mirado por una bola que tenemos aquí para veros, Marcos lo siento muchísimo yo... - pero el la cortó colocando en su labio su dedo.
- Carol, el que lo siente soy yo - dijo él y la beso, la beso muy despacio, intentando grabar esa escena en su cabeza, intentando saborearlo al máximo, intentando de recordar todo el tiempo perdido, intentando absorber con su roce hasta la última lagrima que había derrochado.

Cuando se separaron, Marcos se acercó a saludar a todos los demás, Toni, Esa, Caye, el gnomo, que era tan amigo de su hermana y todos los demás... Pero cuando llegó a Roque se paró en seco.
- Marcos, Roque y yo ya hicimos las paces, cuando estás muerto, todos los rencores desaparecen- explicó Carol acercándose, y Marcos le dio la mano a Roque.
- Bueno Marcos, Carol, ¿porqué no os vais a una habitación y recuperais el tiempo perdido? - sugirió Elsa. Los dos enamorados se miraron y con una risita se marcharon a una habitación. Aquella noche, ninguno de los dos podría olvidarla.

(Este capítulo ha quedado corto, a partir de aquí ya si que empieza la movida gorda. ¿Como creéis que va a seguir?)

Más Allá Del Cielo El Internado Laguna Negra Donde viven las historias. Descúbrelo ahora