Una pequeña decisión puede cambiar el rumbo de tu vida~
Cinco días pasaron desde la muerte de mi padre. Me encontraba en frente de su altar, habían muchas flores, todas eran increíblemente hermosas y coloridas, tal y como a mí padre le encantaban.
Me puse de pie luego de haber rezado y de repente escuché los pasos de varias personas acercándose a la habitación en la que me encontraba.
Una vez que ya estuvieron en frente de mí, mi sangre se heló, pues delante mío se encontraba el narcotraficante que se adueña del noventa por ciento de la producción y tráfico de drogas de Corea del Sur, hombre cuya mano derecha era mi padre, la persona que se encontraba en frente de mí era Mujin Choi, acompañado de sus hombres.
Me hice a un lado para que pasaran. Mujin Choi se veía tan serio como mi padre lo describía.
— Usted es Mujin Choi, ¿no es así? —susurré con la mirada perdida.
El hombre estaba a punto de retirarse, pero se detuvo, no se molestó en girarse para verme, sino que me escuchó en silencio.
— ¿Que fue lo que lo hizo hacer? —pregunté sintiendo un entristecedor vacío en mi pecho— ¿Quien... mató a mi padre?
El hombre seguía sin mirarme, pero se dignó a responderme.
— Tú padre era... era como un hermano para mí, era como mi mano derecha, una de las pocas personas en las que más confiaba —hizo una pausa y continuó—. Jiho era un gran padre y una gran persona, no olvides eso.
Mujin Choi se retiró junto con sus hombres, pero no respondió a mis preguntas, sino que por el contrario las multiplicó.
Pasaron dos días desde el velorio, me encontraba en la escuela recogiendo las cosas que no había podido recoger antes de irme.
Luego de media hora logré vaciar mi casillero, y estaba apunto de irme pero apareció Park Jije junto a su manada de hienas.
— ¿Qué haces aquí perra? Esperaba que hubieras muerto junto a tu padre —se burló con su típica voz chillona.
Ya estaba harta de todo, harta de mí, harta de la escuela, harta de Park Jije, pero sobre todo, harta de las personas que hablaban sobre temas que no les incumben.
Tomé aire, dejé la caja con mis cosas en el suelo y le rompí la nariz a Park Jije de un solo puñetazo.
— ¡¿Qué mierda de pasa zorra?! —gritó tapándose su nariz sangrante con las manos— ¡Me rompiste la nariz!
— Park Jije, ya le había hecho una clara y respetuosa advertencia —me acerqué a ella, quedando a unos pocos centímetros de su rostro—. Por lo visto no entendió lo que quise decir, así que se lo repetiré una segunda y ultima vez.
Tomé la mano con la que se estaba tapando la nariz y empecé a jalar su dedo índice hacia atrás, rompiéndolo lenta y dolorosamente.
— Deje de meterse en asuntos que no tienen nada que ver con usted, mis padres fueron criminales, así que, sin temor alguno, puedo romper los otros nueve dedos que le quedan y no sentiré ningún tipo de remordimiento.
Sus gritos eran como música para mis oídos, su expresión de sufrimiento para mí era como el arte de Leonardo Da Vinci para los amantes del arte.
Para cuando los maestros a salieron a ver lo que estaba ocurriendo, yo ya me encontraba terminando de cruzar la cancha de fútbol.
Al llegar a mi casa dejé la caja en el sillón y me dirigí al refrigerador para preparar mi cena, pero para mi mala suerte este estaba totalmente vacío, por lo que tuve que salir a comprar algo de comer.
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MY NAME
FanfictionLa traicion de Hye Min-Ha (Oc) hacia Mujin Choi da como resultado su cambio de identidad y la revelación de muchos secretos que le darán un delicioso sabor a emoción en esta historia