Capítulo 20: Bosque.

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A veces, después de que todo salga mal, la vida demuestra que tenía mejores planes para nosotros~

     Lo miré con curiosidad mientras intentaba descifrar cuales eran sus intenciones, hasta que finalmente lo entendí, mis ojos se abrieron al mismo tiempo en que mi cuerpo empezó a temblar.

     Giho Cha me miró y notó mi nerviosismo repentino.

     — Siempre supe que eras una eficaz e inteligente detective, por lo que supongo que ya sabes cual será la propuesta que te haré —concluyó cruzándose de brazos.

     Mis manos temblaban y mi respiración se cortaba. Desvié la mirada y la clavé en la mesa.

     — No tienes por qué sentir miedo, por el momento estás a salvo —me aseguró con tranquilidad.

     Levanté la mirada aún temerosa y apreté mis manos en puños.

     — Cómo ya debes saber, llevamos muchos años tratando de atrapar a Mujin Choi, pero siempre logra escapar, no tenemos información relevante para poder ponerlo tras las rejas, pues cierta persona eliminaba cualquier rastro de Mujin Choi o evidencia para iniciar un juicio en su contra —mencionó entregándome una hoja y un lapicero—. La única forma en la que puedas reducir tu sentencia es cooperando con la policía para atrapar a Mujin Choi.

     Mi piel se erizó cuando Giho Cha pronunció esas palabras, ¿Yo?¿Traicionar a Mujin Choi? era algo que nunca me habría imaginado, Mujin Choi, durante un largo tiempo, había sido como un padre para mí, me enseñó todo lo que se, cerró mis heridas internas con hierro fundido y me convirtió en la persona que soy ahora, algo que nadie se había dignado a hacer.

     — Quiero que me des nombres, quiero fechas, lugares, palabras clave; Quiero que desenmascares los secretos de Mujin Choi —agregó con severidad—. Si lo haces, tu condena de ochenta años se reducirá a dos años.

     Me encontraba en un gran debate mental, todo lo que ellos querían yo lo sabía, conozco hasta el más pequeño e insignificante secreto y dato de Mujin Choi, pero gracias a la ansiedad que me carcomía desde mis adentros no era capaz de recordar nada.

     Inhalé profundamente y solté todo el aire que tenía en mis pulmones, tomé indecisa el lapicero, pero algo me detenía de hacerlo... y ese algo era mi peor enemigo, el miedo, tenía miedo de traicionar a Mujin Choi, tenía miedo de tirar a la basura todo por lo que había sufrido durante tantos años, tenía miedo de que me traicionaran, tenía miedo de todo y de todos, le tenía miedo a la traición, pero también a la lealtad, miedo a la verdad y a las mentiras, miedo al pasado y al futuro, miedo a mí y miedo a ellos.

     El sonido de la puerta abriéndose me sacó de mis pensamientos, en la puerta se encontraba Pildo, quien miró a Giho Cha y le hizo una especie de seña con la mirada, al parecer Giho Cha captó el mensaje y salió de la sala, dejándonos solos a Pildo y a mí.

     Pildo cerró la puerta y se sentó en frente mío.

     — Min —llamó mi atención haciendo que levantara la mirada nuevamente para verlo.

     Mi mano aún sostenía el lapicero, pero mi cuerpo aún temblaba, como el de un animal frente a su depredador, pero en este caso, yo era mi propio depredador.

     Fije mis ojos en los de Pildo y pude distinguir un brillo de preocupación en su mirada.

     — Se que estás asustada, te entiendo —me aseguró posando su mano en la mano en la que yo tenía el lapicero— pero tienes que calmarte.

     No, tú no lo entiendes, nunca lo entenderás, nunca entenderás el sentimiento de no poder confiar ni en tus propias palabras, la desesperación de no saber si realmente puedes confiar en la persona en frente de ti, esos pensamientos eran callados por mi opaca mente.

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