MY NAME

Capítulo 10: De depredador a presa.

En algún momento el depredador se convertirá en la presa~

    Al estar a dos cuadras del gimnasio estacione mi moto y metí la bolsa de ropa ensangrentada en una mochila, la cual lancé dentro de una máquina que estaba apunto de quemar una pila de basura.

     Llegue al gimnasio y le mostré mi identificación a los oficiales para que me dejaran pasar a la escena del crimen.

     Al pasar vi a Daesoo interrogar a algunos de los hombres de Mujin Choi, parecían no querer hablar, probablemente fue orden de Mujin Choi. Caminé un poco más y me encontré con Cha Giho.

     — Por allá —señaló la entrada del gimnasio mientras abría la puerta de una patrulla en la que se encontraba Jung Taeju—. Taeju Jung ¿Enserio no vas a hablar?

     Conecté mi mirada con la de Taeju, se veía agotado y derrotado, este apartó la mirada y agachó la cabeza.

     Entré al gimnasio y me encontré con Pildo.

     — No se quien haya sido, pero destrozó al ejército de Dongcheon —comentó este parándose al lado mío—. Hay cinco muertos y uno en condición crítica.

     — ¿Mujin Choi está muerto? —preguntó Oh Hyejin, quien se acercó a nosotros desde nuestra espalda.

     — No, Mujin Choi no estaba aquí —negué captando la atención de Pildo.

     Segundos después Gunpyeon se acercó a donde nos encontrábamos.

     — ¿Qué te dijeron? —le preguntó Pildo.

     — Que las cámaras no sirven —contestó Gunpyeon.

     Era la mentira más ridícula que pudieron inventar.

     — Que estupidez, mira cuantas cámaras tienen —se quejó Pildo incrédulo.

     — Las pandillas no confían en la policía —les recordé mirando el gimnasio que yo misma había atacado hace unos momentos.

     Vi cómo Pildo se agachaba y recogía algo del suelo, eran las drogas restantes que Do Gangjae había lanzado al suelo cuando yo inmovilicé a Taeju.

     A la mañana siguiente nos ordenaron que regresáramos a la escena del crimen y eso hicimos, mis demás compañeros estaban buscando testigos o cámaras que hayan captado algo, pero yo misma me había asegurado de que no fuese así.

     Mientras tanto yo me encontraba analizando los cadáveres, fingiendo buscar pistas o huellas, pero era imposible, porque había usado guantes en todo momento.

     Luego de un rato escuché pasos detrás mío, era Pildo, me hizo una seña para que lo siguiera.

     Salimos del gimnasio y caminamos por fuera del gimnasio.

     — Ninguna de las víctimas quiere hablar —me comentó caminando a mi lado— ¿Quién regresó?... ¿Te asustaste? No debe ser la primera vez que veas algo como esto, pero yo no había visto algo así, nunca nos había tocado alguien tan osado —pasamos por debajo de una cinta amarilla— pero no debes tener miedo, somos policías.

     — No tengo miedo —negué con fastidio.

     Alguien llamó a Pildo, por lo que tuvo que irse.

     En cuanto desapareció de mi vista me dirigí a un callejón en el que había dejado mi moto, me puse el casco, unos guantes, unas botas grises y una chaqueta de cuero.

     Fui rumbo al lugar en el que el se estaba llevando a cabo velorio de los hombres de Mujin Choi que había asesinado la noche anterior.

     Llegue al lugar y entré con mi antigua mascara blindada, que estaba totalmente rayada por las misiones que tuve en el pasado. Hice una pequeña oración frente al sarcófago de los difuntos para mostrar respeto y me dirigí hacia mi moto nuevamente.