Capítulo diez: Stay, Stay, Stay ❤️

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Layla se despertó ese día sola en la tienda de acampar.

no había señal de Poppy, y aunque le agradaba la chica, lo agradece. Porque no quería explicar porque había amanecido con los ojos rojos y la cara hinchada.

Porque esa noche entre lágrimas, Layla decidió que iba a hablar con él, necesitaba hablar con Baxter de su relación, de lo que eran o de lo que podían ser. Porque ella y Baxter estaban repitiendo una historia, una que solo terminó en tragedia.

La historia de Edward Miller y Marie.

La historia, de dos almas gemelas que jamás pudieron estar juntas.

Una historia, que ella no quería repetir.

Así que cuando salió de la tienda esa mañana, estaba decidida a buscar a su obstinada alma gemela para que pudiesen hablar.

Lo que no se esperaba, fue encontrar una hermosa tabla al lado de su carpa. Una que estaba marcada con su letra, porque era suya para siempre, así como él chico que se la regaló. Porque aunque no tenía ninguna certeza, ella sabía en el fondo de su corazón, que esa tabla se la había dado Baxter Radic, el chico que deambulaba en su cabeza y corazón.

Así que esa mañana, decidió dedicarse a entrenar, ya podría hablar con él cuando el entrenamiento acabara.

Un rato después, luego de comer y alistarse, y con su tabla en la mano, Layla se encontró con Poppy justo enfrente del mar.

— Hola ¿Comó dormiste? ¿Ronco demasiado? — bromeé con una sonrisa.

— En realidad muy bien, logré soportar tus ronquidos — bromeó conmigo — En serio muchas gracias por dejarme dormir en tu tienda Layla, en serio lo agradezco — me sonrió con gratitud.

— No tienes que agradecer, para eso están las amigas — le devolvió la sonrisa.

— ¿Cómo dormiste tú? Llegaste mucho más tarde a la tienda — preguntó con leve preocupación.

— No, sí. Dormí bien, perdón si te desperté, simplemente pasó algo — aunque tenía la mirada baja, de alguna forma mis ojos lograron encontrar esos azules que me volvían loca. Y Baxter también me estaba mirando, desvié la mirada con rapidez, pero Poppi lo notó.

— Espera ¿Tienes algo con Baxter? ¿Te estabas besuqueando con él ayer y por eso llegaste tarde? — Poppy preguntó con impresión, y emoción, sus ojos abiertos como platos, pero aún así no gritó, cosa que le agradecí.

— ¡No! ¡No! ¡Claro que no! — exclamé con impresión — Bueno, no es que no quiera — mis mejillas se sonrojaron por un momento — Es... muy complicado — concluí con un suspiró — Él es mi alma gemela, pero la verdad es que no creo que quiera serlo — bajé mi mirada al suelo.

— Ay, Layla — me miró con lástima mientras se acercaba a abrazarme — En serio lo siento, no debí decir eso. Estoy segura de que todo se arreglará pronto, eres una gran chica, una muy buena persona, y Baxter es un idiota si no puede ver eso. — me animó con una sonrisa.

— Gracias Poppy — le devolví la sonrisa — Ya entiendo a marlon, eres increíble, sería ilógico que no estuviera enamorado de ti — las mejillas de mi amiga se tornaron de color rosa, mientras ella sonreía.

— Shhh. Allí viene Elo — me dijo entre risas.

Y efectivamente allí llevaba nuestra entrenadora, y empezó el entrenamiento.

Estuvimos toda la mañana entre olas, y una tensión incómoda que parecían tener todos entre sí.

Y cuando terminamos, nos hicieron ponernos el nuevo uniforme, y tomarnos una foto para el periódico.

Invisible String - Baxter RadicDonde viven las historias. Descúbrelo ahora