GOOD GIRL GONE BAD ➳ Choi Yeonjun/Choi Beomgyu /BOOK#2 [TERMINADA]

𝚇𝙸↬𝓔𝓵 𝓲𝓷𝓬𝓸𝓶𝓹𝓮𝓽𝓮𝓷𝓽𝓮 𝔂 𝓮𝓵 𝓬𝓪𝓼𝓸 𝓭𝓮 𝓵𝓪 𝓒𝓪𝓹𝓮𝓻𝓾𝓬𝓲𝓽

Incompetencia.
¿Han sentido esa emoción en su vida?

Muchas personas en el mundo tienden a poseerla al menos una vez en la vida, sin embargo, cada magnitud es desigual a la del resto. Por eso me gustaría complacerlos con una descripción detalla sobre ese sentimiento semejante a la impotencia, tal vez os ayudaría a comprenderla con mayor facilidad. Es difícil, se me hace difícil, cada quien la sufre de manera diferente.

Hablando de incompetencia, ¿qué aspectos le vienen a la mente? Yo podría dar una descripción de los míos. Eso les ayudaría, ¿no?

Yo prácticamente soy un incompetente desde que nací. Hijo único, con un futuro por delante que jamás he sabido aprovechar – Palabras de mi figura paterna, no mías –.
Probablemente tenga más razón de lo que me gustaría admitir. Y es que a diferencia de como yo las uso, él las termina con la palabra incompetente.

Beomgyu incompetente, valla, me queda de segundo nombre. Hasta rima. Incompetente, incompetente, incompetente. Bueno, no la puedo dejar de pronunciar. Fue usada como mi adjetivo principal desde que aparecí en este hipócrita sociedad.

Lo siento, no soy el tipo de hombre que necesitan los Choi. Nunca fui el niño de notas buenas, siempre fue un martirio para una persona de mente abierta envuelta en aquel régimen “estereotipado” llamado “colegio”. Solo era bueno en deportes y eso no me ayudaría a estudiar derecho. Tampoco es que alguna vez quisiera ser ese jodido abogado demasiado reconocido de mi padre. Mayormente salía mal a propósito, eso me evitó las notas requeridas para ingresar en la misma universidad que estudió mi progenitor.

Para ser más exactos fui tan incompetente que mi padre tuvo que adoptar a otro hijo. Ahí fue el momento preciso en que mi primo, Choi Soobin, llegó a mi vida para transformarse en mi hermano. No me quejo ni le envidio nada a mi Hyung. Bin fue una de las personas más importantes que ha llegado a mi vida sin importar las veces que mi padre intentó separarnos para que “no lo contagiara”. Es gracioso de pensar esa forma tan retraída suya, es imposible que las notas perfectas de Soo que sin esfuerzo obtenía se alcanzaran cambiar a las insuficientes mías solo por andar juntos.

Si algo nunca me ofendió fue terminar siendo policía y que Soobin llegara a ser el hijo deseado de mi padre ¿Ya conocen la historia de Malía con los Agreste? La mía es tan colorida como la suya, el derecho al apellido también se vio implicado para un bueno para nada como yo. Según mi progenitor la única vez que senté cabeza fue cuando me casé con la Agreste. Si tan solo supiera que eso es tanta mentira como que lo único que siento es amistad con ella.

En fin, a veces todo suele regresar. Y entre esas cosas tan insoportables que podría reencontrarse en la vida con ayuda del karma es la incompetencia. Ya verán porqué lo digo…

–– Okey, ya tenemos todo, ¿partiremos en busca de ellos ahora?

Malía no contestó. Estaba muy concentrada mirando el libro que nos había entregado Yeonjun. Mi pareja falsa ni se había percatado de que ya la camarera trajo los pedidos y yo estaba comiendo, en su lugar apoyaba su mano al mentón con esa mirada penetrante al objeto que utilizan las personas cuando piensan a máxima velocidad. Es increíble la concentración tan buena de la Agreste hasta en esta cafetería donde las voces humanas corrompen cualquier ápice de tranquilidad.

–– Algo no cuadra…–– Murmuró casi gruñendo de la frustración..

–– Claro que sí. El idiota de mi primo nos dio un libro de cuentos solo para distraernos. No sirve de nada, ni siquiera traía un mensaje escondido. Ya déjalo, no sirve de nada. Tenemos lo que necesitamos.

–– No.

Su negación repentina me hizo mirarla raro. La pelinegra levantó la mirada con precisión para clavarla en mí.