𝚇𝚇𝙸𝚇↬𝓡𝓮𝓬𝓾𝓮𝓻𝓭𝓸𝓼 𝓺𝓾𝓮 𝓪𝓻𝓭𝓮𝓷

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Todos tenemos miedo de algo. Una parte de nosotros siempre se asustará aunque no queramos por alguna cosa. No importa cuál sea, siempre existirá algo que nos asuste.

Muchas personas suelen tener distintos tipos de miedo. Algunas les temen a los payasos, otros a la oscuridad, a un animal en específico, un lugar, un hecho, una situación. A mí… me asusta la verdad.

Como los miedos, también existen distintos tipos de verdades. Las hay endeblez, buenas, felices, dolorosas, amargas, asfixiantes. En sí, de todas las formas y colores. Pero las mías, las mías son todas tormentosas.

Desde que me casé con el padre de mis hijos supe la verdad: Yo no le amaba. Nuestra relación surgió por tres cosas; una madre enferma, una economía en la quiebra y la necesidad de sobrevivir en un mundo donde todo costaba dinero. Yo siempre fui una persona desgraciada ¿Han escuchado ese dicho de que algunas personas nacen en las estrellas y otros estrellados? Mi caso es el segundo. Entonces llegó aquel hombre podrido en fortuna que se enamoró perdidamente de mí. Desde que lo vi sabía que era una oportunidad de la vida.

Sé que fui egoísta al casarme con él. Aquel hombre tenía hasta una parte que detestaba suya, era igual de orgulloso que su hermano abogado. Y amarme fue su mayor error. Terminé olvidando sus defectos y enmascaré mi avaricia en amor. Él se enamoró de mi físico e yo de su dinero. No ocurría el concepto de amor verdadero por ningún lado.

El señor Choi decidió presentarme a su familia al poco rato. Me sentía como un ornamento en su estatus. Agarrada de su mano era mi día a día. Para que todo el mundo viera que además de poseer dinero, se casó con una de las mujeres más hermosas.
No tuve una vida feliz con él, pero pude ayudar a mamá con su enfermedad hasta que falleció.

Luego, decidimos tener hijos. El primero, Ten, lo tuvimos en unas vacaciones en Tailandia. Le siguieron Yeonjun en Corea, y ocho años después, nació Soobin. Mis hijos se volvieron el centro de mi universo. Todo comenzó a girar en torno a ellos. Ser madre se convirtió en todo para mí.

Aunque surgió un problema: Me comenzó a interesar nuestro vecino.

Chris Agreste tenía un matrimonio muy llamativo, estaba casado con tres mujeres, y ni aun así, nunca lo vi tratándolas como un búcaro ni un adorno el cual especular. Las amaba, quizás no a todas de igual forma pero sí las quería.

Eso era justo lo que quería en un hombre.

Sin embargo, por más atractivo e encantador que me pareciera ese hombre, jamás fui capaz de hacer algo para llamar su atención. Mi marido era muy orgulloso pero era mi marido. Le respetaba desde el momento que me sacó de un basurero, me ayudó con la salud de mi madre y quería a mis hijos tanto como yo. No era capaz de intentar nada que desmantelara nuestra relación.

Un día se celebró una fiesta en casa de los Agrestes. Creo que se trataba del cumpleaños diecinueve del mayor de sus hijos quien había terminado su etapa de prueba para el apellido, no logro recordar el nombre de aquel niño, lo importante es que fuimos invitados.
Mi marido, los niños y yo nos arreglamos para ir. El más emocionado de todos era Yeonjun. Su amistad con la hija mayor de los Agrestes era adorable, a pesar de poseer sexos distintos se llevaban de maravilla e pasaban las tardes jugueteando juntos.
Mi hijo del medio no paraba de parlotear sobre todo lo que le había contado su amiga que habría en la fiesta. Soobin, con apenas cuatro años, se había contagiado de la energía de su hermano mayor y formó todo un berrinche porque quería jugar con los niños del lado. Yo ni siquiera tenía conocimiento de la existencia de una niña de su misma edad, ahora sé que es Malía y que la mejor amiga de Yeonjun era Lizzy.

GOOD GIRL GONE BAD ➳ Choi Yeonjun/Choi Beomgyu /BOOK#2 [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora