𝚇𝚇𝙸𝙸𝙸↬𝓝𝓸 𝓹𝓾𝓮𝓭𝓮 𝓼𝓮𝓻...

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¿Por qué tenía que pasar esto?

¿Por qué a mí?

¿Qué he hecho para merecerme todo esto?

¿La vida es injusta o solamente conmigo?

–– ¿Te sientes mejor?

Asiento con la cabeza a las palabras de Beomgyu. Estaba frente de mí extendiéndome una taza con té. No tengo el valor de mirarle a la cara a mi mejor amigo, no después de anoche.

Con una mano temblorosa sostengo aquel tazón, la otra la uso para sostener mi cabeza. Estaba al punto de explotar. Todo lo ocurrido anoche, la información brindada por Beomgyu y luego la borrachera que cogí hasta el punto de perder la cordura e hacer tonterías, me estaba pasando factura ahora en la mañana.

Si me diera un infarto sufriría menos que esta agonía.

–– Siento lo de anoche… yo––

–– Déjalo –– Ordeno bruscamente.

Beomgyu se sienta a mi lado en el sofá y no hago el intento de tomar distancia porque creo que si me meneo de alguna forma voy a acabar besando el suelo. Sin embargo me tenso, no recuerdo la mayoría de cosas que hice anoche pero sí las suficientes para avergonzarme. No volveré a tomar alcohol así en mi vida.

Aún en ese estado sobre el sofá, sentada con las piernas cruzadas y la mano en la cabeza, llevó el borde de la taza a mis labios para dar el primer trago. No soy amante de este tipo de bebidas. Siempre he creído que son propias de ancianitas, además de que el saborcillo no me convence. Hierba es hierba. Eso de que vengan en una bolsita no hace la diferencia. En otra situación o con un poco de energía tal vez la hubiera rechazado rotundamente hasta el punto de ni probarla.  Ahora me siento tan mal que ni concibo el sabor sobre mis labios. Ni cuando fui declarada con covit la comida tenía tan poco sabor.

–– ¿Quieres hablar sobre anoche?

La pregunta me tomó desprevenida. El líquido se atoró en mi garganta con el nudo que se formó. No. No quiero hablar sobre lo que pasó anoche. No quiero ni pensarlo.

Soy la persona más cobarde que pueda existir en la faz de la tierra.

–– Anoche no pasó nada, y punto –– Aseveré exasperada.

–– Pero––

–– ¡Dije que no!

Estaba tan irritada que sentí la sangre subir a mi cabeza. Tengo tantas cosas, pero tantas cosas en la cabeza que mi humor echaba por tientas la ira tal que rayitos salieran de una nubecilla sobre mi cabeza como en las caricaturas.

No media mis palabras. No media mi cólera. Hasta me sentí mal luego de ver la reacción del chico. Beomgyu se jorobó, haciéndose tan pequeño como pulgarcito. Sus manos las apretó sobre los pantalones que traía, y su cabeza cayó sobre su pecho. Su existencia tembló por mi grito. Iba a llorar.

–– ¿Dejaremos de ser amigos después de esto? –– Su voz salió rota y débil, como un susurro que se lleva el viento. La gravedad que guardaba su tono masculino al hablar estaba estremecida. No me gustaba verlo así.

Joder, me dolía que creyera eso. Todo mi ser tenía miedo que por culpa de mis propias acciones y mal genio terminaría esta linda amistad. Me duele. Me sigue lastimando que sea él, la persona que más confiaba en el mundo entero, quien fue capaz de ocultarme todo eso. Ni me molestan las tonterías que pasaron luego de emborracharnos por mi culpa. Solamente me encuentro decepcionada.

Sí, Beom faltó a su deber de amigo. Debió contármelo todo antes cuando eran solo teorías de mis hermanos. Pero lo hizo creyendo que era lo correcto. Eso lo justifica. Y lo entiendo. Ni siquiera anoche me alteré con eso.

GOOD GIRL GONE BAD ➳ Choi Yeonjun/Choi Beomgyu /BOOK#2 [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora