Capítulo 9: Sentimientos

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Sus compañeros tenían muchas preguntas, pero se sentían un poco incómodos con la presencia de la joven, quien estaba cubierta con una manta en la parte más atrás del helicóptero. Ezreal, por su parte, observaba el paisaje detrás de Kayn, y Aphelios, quien conducía.

—Y bien... ¿qué hacemos? —preguntó Ezreal.

—Deberíamos llevarla a casa —respondió el peli-morado.

—¡No podemos llevarla a casa en un helicóptero!

—¡Ya lo sé idiota! Iremos a casa, luego tomarás un auto y la llevarás. Por cierto... ¿qué pasó con tu auto?

—Es una larga historia —dijo, mientras se rascaba la nuca.

—Yone no estará feliz...

—Yone no se puede enterar de esto.

—Claro, no es para nada sospechoso que nos hayamos llevado el helicóptero. ¿Crees que no hará preguntas?

El peli-verde suspiró, y luego volteó a donde la chica miraba confundida y un poco asustada, pues no sabía con exactitud a dónde iban, además de que ya era de noche, y su teléfono no funcionaba como para comunicarse.

—¿Todo bien? —preguntó, tratando de fingir despreocupación.

—Sí... todo está bien. Es solo que me esperan muchos problemas cuando llegue a casa.

—Dímelo a mí... —respondió la chica.

El viaje no duró mucho, y pronto lograron aterrizar en el helipuerto la residencia de Heartsteel. Los cuatro bajaron, por suerte no había nadie esperándoles, así que solo era cosa de entrar sin que nadie se enterara. Pero no contaban con que la prensa había fotografiado el helicóptero desde un montón de ángulos, pues por la pintura del vehículo, se sabía que pertenecía a la banda. Sin embargo, no pudieron divisar a quiénes se encontraban dentro.

Tomaron el ascensor que los llevaba al hall de la vivienda, y esperando que Yone no estuviese ahí, continuaron todos hasta la habitación de Ezreal. Este se sentía aliviado, pues parecía que nadie se enteraría de lo que ocurrió (salvo Lux y sus amigos). Pero apenas prendió la luz de su cuarto, divisó a Yone de brazos cruzados, sentado y esperándolo.

Aphelios y Kayn huyeron despavoridos del lugar, dejando a la vista solo a Ezreal y Lux, quien se encontraba detrás de él.

—Tienes mucho que explicar, Ez.

—Lo sé. Lo haré, pero debo...

—Alto...

El peli-blanco se levantó para observar mejor a la chica de quien se trataba, y la reconoció casi enseguida luego de que el peli-verde se hizo a un lado.

—¿Lux? ¿Luxanna Crownguard? —preguntó sorprendido.

—Yone —exclamó de la misma manera.

—¿Ustedes se conocen? —preguntó el chico, también sorprendido.

—Ella es la hermana de uno de mis mejores amigos de la infancia —sonrió—. Vaya, hace mucho no te veía. ¡Cómo has crecido!

—También es un gusto verte —sonrió.

Por un momento, Ezreal se sintió a salvo, pero Yone no se había olvidado de él. Aunque sí esperó para reprocharle, pues primero atendió a su conocida.

Ezreal le prestó un poco de ropa de su armario para que cambiara su vestimenta sucia y llena de lodo. Claro que le quedaba un poco grande, pero era mejor que el atuendo que llevaba puesto. Mientras tanto, Yone le dio algo de beber caliente que ayudara a regular su temperatura, mientras charló con ella.

You are my museum (Ezlux)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora