You are my museum (Ezlux)

Capítulo 15: Relación secreta

Después de mucho tiempo se sentía extremadamente feliz, pues lo que había estado deseando por fin se había cumplido. Ella parecía la chica de sus sueños, sacada de su imaginación, y ahora a su lado, aunque nadie más que ellos lo sabía. Pero a pesar de esos lindos sentimientos, ahora tenía problemas más grandes que antes, y claro que la desobediencia hacia Evelynn, o el no avisar a Kai'Sa que iba a hacer aquel anuncio, le generó grandes consecuencias.

Estaba frente a frente con su "amiga", si es que todavía podía llamarse así. Ella no había dicho ni una sola palabra, y solo le miraba con sus ojos, y su silencio podía evidenciar su enojo.

—Lo lamento... —dijo el peli-verde, algo temeroso.

—¿Qué lamentas? —respondió, rompiendo el silencio.

—Sé que no era la idea, pero...

—No. No lo era. ¿Te das cuenta de lo que hiciste?

—!Y qué esperabas! Yo no puedo controlar lo que siento. Y no siento nada por Kai'Sa.

—Arruinaste todo, Ezreal. Y es mejor que no me hables en ese tono.

—Estoy cansado de tus amenazas...

—Y yo estoy cansada de que me des problemas. Tenemos acuerdos, contratos. Tu voz me pertenece, ¡tú me perteneces! Y desobedecerme es algo que no compensarás fácil. Ahora dime quién es la chica.

—¿O qué? —dijo, tomando una actitud desafiante.

—O te haré la vida imposible. Todas tus ganancias están a mi nombre. Lo sabes, ¿verdad?

—No te diré su nombre. No puedo hacerlo. Además... ella ni si quiera ha dado alguna señal —mintió—. Así que no veo de qué te preocupas.

—¿De veras? ¿Vas a hacerme creer que le escribiste una canción a una chica, mostrándosela a millones de fans y ella no apareció? No soy idiota, Ezreal.

—Pues precisamente eso es lo que la hacía especial... ella ni si quiera era mi fan.

Evelynn pensó en las palabras del chico, y aún con cierta desconfianza, optó por creerle. O al menos eso le hizo pensar.

—Bien. Me alegro que entonces no haya aparecido, pero eso no te salva. Ya que arruinaste la campaña publicitaria, es momento de que hagas lo que acordamos.

—¿Que sería qué? —preguntó, suspirando.

—Vas a dejar Heartsteel.

Aquella petición, o más bien obligación helaron el corazón de Ezreal. Dejar su banda era prácticamente dejar su familia, y si bien, había acordado eso con Evelynn desde un principio, no esperaba que llegara ese día. Quizá al principio no le importaba, pero eso era porque no conocía a sus compañeros, y poco a poco fue encariñándose con todos ellos.

—¿Qué?

—Ya lo oíste.

—No puedo hacer eso...

—No estás en posición de elegir nada. O dejas la banda, o yo te dejo en ruinas. Tenemos un contrato, cariño.

—Era joven cuando lo firmé, y muy ingenuo.

—¿Entonces por qué lo firmaste?

—Porque confié en ti, eso me hizo ingenuo y un tonto... —le miró con rabia.

Lo que dijo casi sorprendió a la mujer, sin embargo no fue lo suficientemente drástico para que ella diese marcha atrás en sus palabras.

—Tienes un mes, Ezreal. Ahora largo.