You are my museum (Ezlux)

Capítulo 19: No te alejes...

Los rayos del sol impactaron en sus párpados, ocasionando que los abriera lentamente y se incorporara al ambiente en donde se encontraba.

Unos brazos cálidos la rodeaban, junto a un pecho desnudo que solo irradiaba calor a su espalda. Era una sensación agradable, sin embargo no se explicaba muy bien qué es lo que había pasado.

Cuidadosamente se apartó del lado del chico, quien solo movió sus brazos, soltando un pequeño suspiro producto del sueño que impedía que se despertara. La joven tomó la toalla y cubrió su cuerpo, aún sintiéndose extraña y algo avergonzada. Se desplazó hacia el baño y cerró la puerta pensando en lo que había sucedido aquella noche. ¿Qué es lo que había hecho? ¿Cómo es que de pronto se atrevió a tanto? ¿Y por qué ahora se sentía tan temerosa? Cerró los ojos y solo recordaba el cuerpo de Ezreal encima del de ella, y cómo se aferraba a él como si fuera un escudo que la protegía.

Se metió a la ducha, y pasó largo tiempo dejando correr el agua sobre su cuerpo, mirando hacia el frente eclipsada por el recuerdo de ambos cuerpos desnudos y unidos como si solo fuesen uno. Por alguna razón, de pronto se sentía apenada. No sabía cómo interactuar con Ezreal ahora, pese a que era su novio y sabía que él la quería.

—Lux... ¿todo bien? —preguntó detrás de la puerta, sacando a la chica de sus pensamientos.

—S-sí... —respondió con timidez—. Ya salgo.

Apagó la llave del agua, y salió con la toalla cubriendo toda su piel. Al salir del baño caminó rápidamente hacia la cama en busca de su ropa, mientras el peli-verde le miró extrañado de su actuar. Simplemente no le dio importancia, e ingresó al baño después de que ella salió.

Luego de vestirse, Lux se tiró a la cama dejando caer todo su peso, un tanto adolorida por lo de aquella noche, y otro tanto estresada con pensamientos que inundaban su cabeza. El resto de la mañana actuó de la misma forma: callada, tímida y evitando las miradas de Ezreal, quien ya empezaba a sentirse un tanto confundido. No hubo conversación entre ellos, salvo unas cuantas palabras cortantes. Parecía que la chica evitaba a toda costa comunicarse, sin una razón que diera a entender. No fue sino hasta que iban en el auto, en donde Ezreal decidió hablarle directamente. Pisó el embrague, luego el freno y jaló de la palanca para detener el auto en una orilla de la carretera. La rubia se extrañó, y solo entonces le miró para entender por qué había detenido el auto.

—¿Hice algo malo? —preguntó con tristeza.

—¿Qué? No... no, ¿por qué lo dices?

—Estás actuando raro. No me diriges la palabra desde ayer... ¿qué ocurre?

—Agh... no lo sé —cubrió sus ojos.

—Si fue muy pronto...

—No, no es eso Ez. No sé qué me pasa... es que nunca creí que yo...

Deslizó su mano rodeando el cuello de la chica, dándole un tierno abrazo que le reconfortó un poco.

—Perdón por actuar como una tonta.

—No eres una tonta. Es normal, yo también estoy confundido con lo que pasó.

—¿Qué nunca lo habías hecho? —preguntó con algo de indiferencia.

—No.

—¿Qué? No me digas que tu primera vez fue conmigo... —dijo sorprendida.

—Y la tuya conmigo —sonrió.

—No te creo. Eres el chico más famoso y más deseado. No mientas para hacerme sentir mejor.

—Es que no te estoy mintiendo —rió—. Antes de ti, nunca me había desnudado frente a alguien. No era algo que me interesara realmente...