Capítulo 32: Tensión

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Poco a poco, ese abrazo fue haciendo que la chica se calmara, dejando de llorar, terminando su agobio con un par de suspiros. Cuando se estabilizó, devolvió aquel abrazo con más fuerza, y Ezreal acarició su cabello.

—Soy una tonta —dijo con lamento.

—No, todo esto es mi culpa. Yo debí... jamás debí haberte dejado sola.

—¿Y qué pasará ahora?

—No lo sé...

—Tu carrera se arruinará...

—No me importa —dijo con seguridad—. Solo quiero que tú estés bien, Lux. No quiero nada más.

Corrió los cabellos de la chica y pudo verle con sus ojos llorosos e hinchados, mas eso no hacían que brillaran menos, todo lo contrario. Aún estando con el maquillaje corrido, y una expresión triste, él la encontraba hermosa.

—Vamos a tu casa, deben estar preocupados por ti.

—No puedo volver... ¡me matarán!

—No dejaré que eso pase, porque yo fui quien provocó todo esto. Vamos —dijo extendiendo su mano.

Lux tomó su mano sin dudar, pero antes de seguirle, clavó un beso en sus labios el cual fue correspondido por Ezreal. Fue algo corto, pero necesario y suficiente para ambos. Luego, el chico la guió hacia la motocicleta que yacía en el suelo luego del impacto que le había dado con el árbol. Este, mirando con un poco de miedo el vehículo al recordar cómo había llegado, vio como Lux se adelantaba a recoger la moto para luego subirse a ella sin problema, esperando a que él se montara atrás.

—¿Sabes conducir esta cosa? —preguntó, atónito.

—Cuando era más joven conducí un par de veces... —respondió, poniéndose el casco.

—Eres increíble —dijo asombrado.

Lux sonrió debajo del objeto que protegía su cabeza, mas en ese momento, su preocupación era mucha más que su alegría. Todo pareció calmarse un poco cuando sintió los brazos de Ezreal rodeando su cintura y sujetándose firmemente.

—Es hora... —dijo el chico, suspirando.

Lux prendió el vehículo, y enseguida este tomó velocidad. Aunque el momento era de tensión, Ezreal no podía evitar sentir que se estaba divirtiendo mientras la chica que tanto quería lo llevaba en un paseo a altas horas de la noche.

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Unas flores no serían suficientes para reparar el daño causado, mas al menos sentía que debía intentarlo.

Se acercó con sigilo a la habitación, y entreabrió la puerta en donde observó a Ahri quien cabeceaba en el sofá junto a la cama en donde se encontraba su prometido, quien a su vez luchaba entre vida y muerte.

El crujir de la puerta, hizo que la chica se pusiera alerta de inmediato gracias a su agudo sentido de oído, y luego de sentirse alerta, enseguida experimentó una rabia gigante cuando divisó la figura de su vieja amiga quien mantenía una expresión seria.

—Lárgate —dijo, con odio en su mirada.

—Yo...

—Que te largues. Debería llamar a la policía, así que vete de una vez.

—De verdad lo siento.

You are my museum (Ezlux)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora