TREINTA Y DOS

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Lana Anderson

-Lana- ésa voz. Me voltee y estaba el, con su rostro preocupado.

Seguro temía que lo regañe al venir así de la nada pero lo que más quería es que si venga y se despida de la manera más bonita.

-Tom- corrí a sus brazos, sintiéndome aliviada al sentir su cálido cuerpo. Su colonia tan varonil, su respiración empezando a ser elevada.

En mi parte baja sentí una clase de cosquilleo. Tan necesitada estaba Diosss, a pesar de que Ben me folle no era igual que Tom, esté me obligada y no sentía placer sino asco.
Siempre el quería llegar a su orgasmo y me dejaba a mi sin el mío, no digo que quisiera el mío tampoco lo quería de el de su parte.
No.

-Te extrañé- me susurró contra mí cuello, oliendo mi perfume de fresas que siempre lo usó -¿cómo estas?- se apartó mirándome a los ojos

-Bien supongo- sonreí y el me mira y levanta ambas cejas -¿qué quieres? ¿tienes algo que decir?- niega con su cabeza

-De echó si- abrí mis labios para responderle pero el me besó, me calló de un beso.

Después de estar casi comiéndonos nos apartamos ante la falta de oxígeno, mirándonos fijamente y con una sonrisa,

-Tom, ¿te vas a casar?- lo primero que se me cruzo le pregunté, y me arrepentía pero a la vez no. Debía sacarme mis dudas o tal vez si se casaba pero quería oírlo a él.

-Si- me respondió con su rostro serio, al parecer mi pregunta lo molesto un poco -pero no vine hablar de mi boda, quiero despedirme de ti Lana. Terminaste el colegio y no nos veremos más.- sus ojos empezaron a brillar de una manera tan especial haciéndome sonreír

-Tom~

-Quiero despedirme de ti de la manera más bonita que nadie se pudo despedir- mi sonrisa se agrandó al entender su doble sentido

-Yo también- murmure y el me miró a los ojos justo cuándo pude apreciar ese brillo especial haciéndome ver abora sus pupilas dilatarse.

Nuevamente sus labios presionaron los míos haciéndome soltar un jadeo al sentir el frío metal que aún tenía en la parte inferior de su labio haciéndome causar un escalofríos y el beso que empezaba a hacerme sentir caliente, entre abri mi boca dándole a entender que introduzca su lengua a lo que entendió a la perfección y la introdujo.

-Tom- solte en un suspiro cálido

Empecé a besarle con desesperación, cómo si fuera que el mundo se nos acababa o tal vez si estaba acabandose al despedirnos de tal manera y que no nos volveríamos a cruzar aunque así lo deseemos. Ibamos a seguir en el tan apasionado beso pero la falta de aire nos gano haciéndonos separar.

-Ven conmigo- me agarró de la mano, no entendí a dónde íbamos me llevo a una puerta que se encontraba en la misma aula al darme cuenta era una pequeña oficina junto a una biblioteca. -Podras gemir todo lo que quieras-

-Tom no- el me puso sus dedos en mis labios

-No, ahora no. Déjate llevar- me dice con una voz ronca y al instante sentí un cosquilleo en mi abdomen.

Me subió a un escritorio y abrió mis piernas, levanté mi falda torpemente quité mi camisa dejando mis pechos expuestos a el. Esté me miraba con lujuria mientras mordía su labio inferior.

-Lana- me llamó -no traje preservativo- lo mire y esté tenia una mueca en su rostro mirándome suplicante.

-Supongo que comencé a cuidarme- el rió

-¿Supones?- asenti tímidamente -Lana, ¿tuviste sexo con Ben?- trague en seco, sintiéndome avergonzada. Esto de bueno no empezaba a tener nada.

-Tom- el se alejó un poco sentándose en el suelo -lo siento-

-Lana ¿porque nos distanciamos demasiado?- quede atónita, pensando si contestarle con una mentira o decirle la verdad. La verdad dolía. -¿amas en serio a Ben?- preguntó nuevamente mirándome a los ojos

-Si- respondí con un nudo en mi garganta. Mirándole a los ojos noté que frunció su ceño y suspiro.

-Bien- se puso de pies, levantándose y caminando hasta la salida -que en tu nuevo camino te vaya más que bien, te deseo lo mejor. Adiós Lana.- me dijo y luego salió.

Me quedé analizando lo que acababa de ocurrir, tan sólo minutos estábamos por follar y si no hubiese abierto mi boca nada hubiera pasado, lo heri y su rostro fue de lo peor.

Me puse de pies saliendo de ahí y yéndome a mi amiga, ella seguro lo sabé así que no tendría problema de molestarme en contárselo. Miró a mi alrededor buscando si seguían los demás profesores o compañeros y no, nadie estaba sólo Melina me estaba esperando.

-¿Y?- se puso de pies con una sonrisa

-No pasó nada- dije cabizbaja y pasando de largo y largarme de aquí. -vámonos-

Podía oír que me seguía y sin decirme ni una palabra más me acompañó hasta casa, el camino fue silencioso pero para nada incomodó. Alce mi vista viendo que había llegado a casa de mía y de Ben, y aún seguía a mi lado Milena.
Me voltee y la miré.

-Lana- rápido me tire sobre sus brazos quebrandome y empezando a lloriquear cómo si se tratase de una indefensa niña. -está bien cariño está bien, desahogate.- me decía, acariciando mi cabello. Con delicadeza me acariciaba el cabello.

Ella abrió la puerta y nos adentramos en silencio, pasamos a sentarnos y así seguir llorando sobre su pecho. Me sentía mal.

Estaba quebrada y no podía estar con esa ruptura sentimentalmente.


































holi que tal bellísimas perronas, primero MUCHAS gracias mis❤ segundo creo que falta así 🤏 de poquito para terminar esté fanfic tan hermoso. Lloró si termina mal.

(jeje)

las amo y adoro banda, besos.
att: Yoha🥀🤍

𝕄í ℙ𝕣𝕠𝕗𝕖𝕤𝕠𝕣|| 𝗧𝗼𝗺 𝗞𝗮𝘂𝗹𝗶𝘁𝘇Donde viven las historias. Descúbrelo ahora