Lana Anderson
-No creo que sea necesario madre..
-¿Cómo que no? Te casas en 4 días Lana, deberíamos salir desde ya a buscar un vestido elegante. Vamos..
Me tomó por el antebrazo y me arrastró, llevándome al auto. Al llegarnos al centro comercial noté una tienda justamente de vestidos de boda entre otros trajes.
-¡Allá, vamos!- me llevó con ella. Le seguí el paso sin ganas y emoción.
Miré que salió una chica y nos atendió, mamá le pidió más o menos cómo ella quería y el calce en mí. Está trajo un vestido elegante y fascinante.
Seria emocionante si lo hacía con la persona que amo...
-Bien me lo pruebo y salgo- hable sin ánimos, recijiendo el vestido y entrando al probador.
Al ponermelo me vi y no mentire pero me quedaba de maravillas, resalta el tono de mi piel al ser blanco y tiene un escote en el pecho y espalda. Me encanta.
-Madre creo que...
Al salir la vi y estaba sonriendome, felizmente vino a mí..
-¡Lana mi niña!- me abraza para luego alejarme, con emoción sonriendome -¡Está hermoso, te queda de maravilla!- gritó.
-Mamá baja la voz...
Susurre apenada viéndola reír.
El resto del día pasamos haciéndonos las uñas, cómo si fuese poco compramos otra que ropa. Nos compramos varios pares de zapatos, tacones y por mi parte zapatillas.
Mama insistió tanto hacernos un baño de crema, pedicure y manicure. Yo amo verme hermosa y llamativa por lo que me puse las uñas algo largos, de color negro y algunos detalles blancos.
Si me puse de negro fue por la boda que tengo...con Ben...
Al llegar a casa nos encontramos a papá hablando con Ben.
-¡Lana mi vida!- Ben me abrazo
-Ben se supone que no deben verse ahora. Es de mala suerte- dice mamá haciéndose la ofendida. Y el rió.
-Lo siento señora Anderson, pero yo no puedo dejar de verla. Un hombre no puede estar lejos del amor de su vida-.
Era irritante escucharlo decir cosas sin sentido, para mí lo era. El sabía muy bien que yo no lo amaba tampoco quisiera llegar hacerlo.
-Lana iremos al cine con tu mamá y tu también, ¿Ben gustas ir con nosotros?- el me sonrió y me dio un beso en mis labios
-Gracias señor Anderson pero no, estaré haciendo mis cosas-.
-¿Trabajas?- interrogó papá y el asintió. Algo nervioso asintio.
Haciéndome dudar..
Papá pidió que lo acompañe a la salida, al salir lo mire y por cerrar la puerta el me agarro de mi mano. Deteniendo mi paso.
-¿Estás bien?
-Si...¿por qué?
-Pareces desanimada. Lana Anderson mirame, estamos por casarnos y más te vale no arruinarlo, yo más que nadie conozco tus intenciones. Debes estar feliz, no es un maldito velorio para estar triste
Me sujetó del brazo con fuerza, atrayendome a su cuerpo. Gruñi molesta ante su agarre fuerte.
-Ben..
-Me largo, es preferible verte luego de hacerte mía a ver si tengo una mala suerte ese día..
Parecía un mismísimo brujo, ¿tal vez se enteró? No. Jamás.
