CUARENTA Y TRES

314 28 6
                                    

Mis piernas, mis manos, mi mentón, todo, todo mi cuerpo temblaba. Estaba con felicidad pero también triste, pensaba en mi futuro. ¿Que ocurriría si tendría que alejarme de mis seres queridos por querer un futuro mejor?.

Señorita Lana Anderson su solicitud fue aceptada con validez. El día 9/1 deberá llegarse para recargar sus datos y ser una integrante más en Francia. Será un gusto poder tenerlo en nuestra Universidad de paris XIII.

Después de todo tendría que irme, faltaban días para que esto suceda...

-¡Lana ayúdame con esto!- escucho la voz de mamá gritar desde abajo. Voy corriendo hacia la planta baja, estaba entrando a la casa con varias bolsas y atrás venia papá con cajas.

-¿Porque trajeron tantas cosas?- rió al verlos con su rostros decaídos. Habían venido apretados al parecer en su auto, había cajas y bolsas con comidas y necesidades para la casa.

Los ayudó a bajar las cosas mientras ya el auto quedaba sin cosas. -¡Lana amor traete la última caja!- puedo oír el grito de papá. Vuelvo al auto, yéndome adentro del auto y no había ni una caja.

Me voy abrir y fijarme en el baúl de auto y ahí estaba, cuándo siento unas manos enrollar mi cintura. Me giro y le doy con la caja.

-¡Maldita sea, joder, Lana!- escucho maldecir en todos los idiomas a Tom. Murmuraba mientras se tocaba la nariz.

-¡Ay, Tom, perdona! ¡no sabía que eras tú!. Joder, nunca me asustes así.- el suelta una risa, aún tocando su nariz y haciendo muecas de dolor-. Pensé que un viejo baboso me secuestraría, mierda-.

-¿Y no pensáste que también tienes a un viejo baboso cómo novio, eh?- me quedo en silencio, intentando poner mi cara de duda. Levanto mis ojos, y pongo una mano en mi barbilla haciéndome la que piensa.- Que maldita, te odio, largo. No te me acerques Lana Anderson.

Suelto una risa al sentir la frialdad en sus palabras, más si me llamo por mi nombre completo. Jamás lo escuché llamarme así, sólo aquella hermosa y primera vez que nos conocimos.

Fue un día hermoso y para el olvido...

- ¿Señorita Anderson? - La voz de él me hizo volver hacia mí realidad. Y me acomodó en mi asiento y tragó duro. - ¿Verdad? -

No entendía, pero yo sé que debía salir de ése problema que me metí sola y pensar que fue todo por no estar prestándole atención.

- No, digo no sé que decía. - Y todos mis compañeros empezaron que reírse de mi, mi distracción. Haciéndome sentir avergonzada, ¿Lana Anderson no le estaba poniendo atención a la clase? Wow, pero de verdad no lo hacía. Estaba pensando en el, en lo prohibido que se ve meterme con un mayor de edad, con Mí Profesor.

Él rió divertido y se me acercó hasta el asiento. Mirándome con esos ojos cafés, que desde lejos los veía oscuros, y ahora cafés con una mezcla de verdes. Eran mí distracción.

- Si usted es la famosa Lana Anderson, ¿O no? - Eso es lo que me preguntó, y si, era cierto pero, ¿lo de famosa?

- Si, soy Lana - Contesto nerviosa ante la cercanía de el y más si mis compañeros me miraban a mi y a el. Ahora solo siendo la atención para ellos. Sólo yo y el.

- Bien Lana Anderson, un gustó tenerla en mi clase siento que será un privilegio ya que no voy a renegar con usted, ¿Cierto? - No sé que dijo pero si, acepto. Estaba distraída en sus labios, sus ojos, sus facciones tan marcadas. La manera que movía sus manos haciéndole una explicación a mi, a mis compañeros.

Joder, odio admitir pero mi profesor es mi maldita atracción sexual. El seria mío. No voy a parar hasta que lo...

-¡Lana, joder, ¿me escuchas?!- siento que me daba leves golpes en mi mejilla. Hasta que reaccionó, el suelta una sonrisa. -¿Que es lo que te hizo irte a la luna, eh, Lana Anderson?-

Muerdo mi labio inferior al verlo así, llamarme por mi nombre completo y hace un rato estar recordándolo, esa primera vez que sentí miles de cosas raras pero odiaba admitir. Odiaba sentirme así conmigo misma, fue el, es el y siempre lo sera.

Siempre será el amor de vida, ahora lo puedo decir porque sé que lo amo, y estoy completamente enamorada de él. Y no lo quiero por el sexo o ninguna atracción, no, lo quiero para mi porque me enamoré de el y sus locuras, me enamore de él sabiendo que seria algo imposible y difícil. Pero aquí lo tengo, conmigo, en mi casa, siendo una pareja por terminar el año juntos.

-Tom yo...

-Shh, silencio, no quiero que me lo digas-, se me acerca bastante a mi cuerpo. No me importaba si alguien más nos veía, éramos el y yo así que no me importaba si alguna vecina chismosa nos veía y luego hablaba de esto. -Ahora no, espera para la noche hermosa.-

Asiento, con lagrimas en los ojos y lo abrazo. Con todas mis cuerpo lo abrazó, pegandolo más a mi y sintiendo ese aroma tan el, tan varonil, ese aroma que me vuelve loca. Su cabello traía un aroma tan rico, que lo podía sentir y me causaba revoltijos en mi estómago.

-¿Soy yo o mi mujer está sensible?- le doy un leve golpe y luego un beso corto en sus labios. ¿Oyeron? pues si, todo, definitivamente todo de el me vuelve loca.

Más si me llamo s u m u j e r, lo amo y vamos a permanecer juntos, sin importarnos lo que venga en el nuevo año. Ambos lo vamos a pasar, así cómo los obstáculos de esté año pesado, con muchas pruebas. Así lo pasaremos también el año que viene, juntos y unidos.













🥀

realmente no sé que me pasa, se me dio por actualizar. Bueno les dejo esto y espero tener su apoyo mis hermosas mujeres.

no se me olviden de votar y comentar, saben que me importan muchos sus críticas sobre la historia. Y ahí más, SE APROXIMA EL FINALLLL😭😭😭, dejen sus comentarios bonitas.

adiós las amo.♡

🥀

𝕄í ℙ𝕣𝕠𝕗𝕖𝕤𝕠𝕣|| 𝗧𝗼𝗺 𝗞𝗮𝘂𝗹𝗶𝘁𝘇Donde viven las historias. Descúbrelo ahora