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CAPÍTULO I: Cumpleaños de una prometida ideal

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CAPÍTULO I: Cumpleaños de una prometida ideal

Habitualmente, Rhys encontraba entretenidas sus lecciones y tareas

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Habitualmente, Rhys encontraba entretenidas sus lecciones y tareas. Como heredero de un reino, el 70% de su vida era eso: leyes, derechos, protestas, acciones. Y, al parecer, todo eso era lo que al príncipe Rhys se le daba de miedo; porque el príncipe Rhys era, en más de una ocasión, perfecto.

El hijo perfecto, el hermano perfecto, el heredero perfecto, el estudiante perfecto. El esgrimista, jinete y guitarrista perfecto. Era tan, tan, tan perfecto que algunas personas pensaban que tenía poco dinero comparado con lo que se merecía.

Pero había una cosa en la que no era perfecto. Algo que él no quería y tenía; no le gustaba y estaba obligado.

Rhys Fiztherber no era el prometido perfecto.

¿Cuántas novias había tenido? Ninguna. ¿Besos? Tal vez 3, de menos de 2 segundos cada uno. Y seguramente estuviera algo pedo. ¿Bailes en pareja? Intentaba evitarlos escondiéndose tras su hermano. (También ra el hermano perfecto, por cierto.)

Sin embargo, su compromiso llevaba formado casi tantos años como los que él tenía. Y sólo había visto a esa princesa una vez, hace como unos 8 años o así. Y, aunque suene algo... "egoísta", en lo único en lo que Rhys se había fijado era en su posición monárquica.

Cuando Rhys salió del castillo de Áuradon aquella vez, se sintió aliviado. ¡Pensó que todos se olvidarían del compromiso! ¡Ja!

Hasta que llegó la carta.

—Rhys —habló su madre durante el desayuno, con una sonrisa—. Ha llegado una invitación. Y es especial; para ti.

—¿Para mí? —hizo una mueca.

¿Quién coño me escribirá a mí?, se rio en su mente.

—Este fin de semana es el 14° cumpleaños de la princesa Bianca de Áuradon. Te acuerdas de ella, ¿verdad?

Rhys se atragantó con su propia saliva.

—¿Todo bien? —preguntó su padre.

—Sí, sí, claro...

El Príncipe del Sol || Rhys FitzherberDonde viven las historias. Descúbrelo ahora