Rhys Fiztherber, el perfecto heredero al reino de Corona, lleva preparándose para ascender al reino desde que le quitaron los pañales. Y como todo rey, necesita una reina. Lleva comprometido con la princesa Bianca incluso antes de que ella supiera c...
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CAPÍTULO II: Ideas a cerca del matrimonio
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Se regaló mucho tiempo para darse un relajante baño de burbujas. Se puso tres mascarillas diferentes y se tomó lo necesario para secar su cabello y peinar sus perfectas ondas.
Escogió un vestido azul con toques plateados. Tenía una falda abierta por las rodillas. Zapatos de charol simples y elegantes con poco tacón, se recogió el cabello en un pequeño moño con los mechones frontales y el resto suelto. Escogió una tiara de plata con diamantes y pequeños zafiros.
Bianca se miró al espejo y sonrió. Estaba perfecta.
Salió y bajó. En el pasillo, se encontró con su hermano Ben.
—¡Ey, qué guapa! —exclamó.
Ella dio una vuelta.
—¿Tú crees? —inquirió—. ¿Es demasiado?
—Pues iré a cambiarme para que hagamos el ridículo juntos —le dedicó una sonrisa.
Ben era un buen hermano; siempre había estado para ella. Eran como uña y carne. Para lo bueno y para lo malo.
Bianca salió al jardín.
Había soñado con aquel día incluso antes de que supiera leer. Soñando con ser como todas esas princesas, con su príncipe azul. Emocionarse al verle, igual que lo habían descrito muchas de sus amigas de la escuela. Decían que era mágico, que te haría sentir viva.
Estaba como loca por que Rhys llegara.
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