Rhys Fiztherber, el perfecto heredero al reino de Corona, lleva preparándose para ascender al reino desde que le quitaron los pañales. Y como todo rey, necesita una reina. Lleva comprometido con la princesa Bianca incluso antes de que ella supiera c...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
CAPÍTULO XXI: Pareja real del momento
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Bianca sabía que a Rhys le encantaba encontrar excusas con las que salir. Y si eso además conseguía aportar algo a la comunidad, mucho mejor. Rhys llevaba un par de años colaborando con un orfanato del centro, y Bianca se sintió muy alagada cuando él le pidió que la acompañase.
Aquel martes por la tarde, Bianca se reunió en hall de Áuradon Prep. con Rhys. Ella llevaba un sencillo vestido primaveral, mientras que Rhys lucía una camisa informal y unos vaqueros. La pareja subió a la limusina que los llevaría y Rhys estuvo contándole a su novia sobre aquella institución donde los niños ya conocían su nombre.
El edificio era grande, viejo pero estable. En su patio figuraban algunos toboganes, columpios y demás atracciones de parque. En la parte de atrás habían jardines y un huertos cuidados por los niños. A Bianca le encantó el lugar, muy bien cuidado, amplio y encantador.
Las monjas que llevaban el lugar tenían sonrisas simpáticas en sus rostros. Se alegraron mucho de ver al príncipe de Corona. Él presentó de forma orgullosa a Bianca como la princesa de Áuradon.
—¡Rhys! ¡Rhys! —llegó una niña de unos seis o siete años a la que Rhys aupó en sus brazos. Ella lo abrazó por el cuello—. ¡Has tardado mucho en volver!
—Lo siento, pero es que he tenido mucho trabajo. ¡Pero mira! He traído a una amiga. ¿Sabes quién es?
—No.
—Ella es la princesa de Áuradon.
—¿En serio? —la niña miró a Bianca asombrada—. ¿Eres una princesa de verdad?
—Pues sí —rio ella.
—Bi, te presento a Monique. Monique, tengo que ir a firmar unos papeles; ¿puedes presentar a Bianca a los demás?
—¡Sí, yo la presento! —exclamó la chiquilla, que tomó la mano de Bianca una vez estuvo en el suelo.
Rhys le dedicó una sonrisa a su novia antes de dirigirse al despacho de la Madre Superiora para revisar algunos documentos.
