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CAPÍTULO XVIII: El contrato de los Rubíes

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CAPÍTULO XVIII: El contrato de los Rubíes

Para mediados de abril, las clases de conducir de Bianca y Rhys iban muy, muy bien

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Para mediados de abril, las clases de conducir de Bianca y Rhys iban muy, muy bien. Bianca había aprendido muchísimo, aunque era cierto que Rhys era un gran profesor y tenía una forma de expresarse simple y directa. Bianca le pedí incluso que la ayudase con las materias.

Aquel sábado, de nuevo, los Rubíes tenían una importante carrera. Esta vez era contra las Esmeralda. Tenían que ganar de una forma excepcional para sumar punto y escalar peldaños. Sin embargo, Rhys sorprendió con su toma de decisiones.

—¿Yo? —a Flynn se le iluminaron los ojos—. ¿Quieres que conduzca yo?

—Estás preparado, Flynn —afirmó su hermano mayor—. Eres ágil, estratégico, rápido y luchador. Tú puedes con esto y más, Flynn.

—Nosotros estaremos aquí animando —sonrió Bianca.

—Y te hablaremos por audio —dijo Rhett—. Pax no dejará que te estrelles contra un árbol.

—Espero que no —bromeó Flynn.

—¡Depende de cómo te comportes! —alertó Pax desde la Nave.

—Anda. Ve a por Oasis y da una vuelta para calentar neumáticos.

Flynn esbozó una sonrisa y fue directo a por las llaves de su coche, no tenía nada que perder.

Mientras, Pax y Rebecca repasaban las cámaras a lo largo del recorrido, Rhett trataba las estrategias haciendo números en un papel. Se le daban bien los números, así que se había quedado con el papel de calculadora. Estaba dispuesto a hacer lo que fuera por ayudar a los Rubíes, así que no tardó en sentarse en una silla y ponerse a trazar líneas.

Bianca estaba a su lado. Se mordía las uñas nerviosa mientras señalaba las direcciones del recorrido sobre un mapa para que Rhett calculara la velocidad más rentable.

El Príncipe del Sol || Rhys FitzherberDonde viven las historias. Descúbrelo ahora