Rhys Fiztherber, el perfecto heredero al reino de Corona, lleva preparándose para ascender al reino desde que le quitaron los pañales. Y como todo rey, necesita una reina. Lleva comprometido con la princesa Bianca incluso antes de que ella supiera c...
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CAPÍTULO XXVI:Noticias que cambian las cosas
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Rhys cogió aire antes de entrar a una clase en la que ya no estaban ninguno de sus amigos: Relaciones Económicas Internacionales. Allí solo reconoció a Ben, sentado en las primeras filas. Rhys se sentó un poco más atrás, sacó sus cosas y comenzó a anotar cosas.
Un chico de piel morena y cabello oscuro se deslizó a su lado. Tenía una sonrisa tranquila en aquel rostro sereno.
—Hola —le saludó—. Eres nuevo, ¿verdad? Me llamo Alex.
—Yo soy Rhys —se presentó.
—Claro, el príncipe de Corona. Es un placer; he oído hablar de ti. Dicen que corres... ya sabes.
—Ah, sí. Pero te agradecería que no lo fueras contando por ahí.
—Tranquilo, hermano. Yo soy de Ávalor: no me pierdo un solo GP.
El Grand Prix de Ávalor era el circuito más famoso del automovilismo. Constaba de un largo recorrido urbano que atravesaba parte de la gran isla que Ávalor y que rodeaba dos islas más del archipiélago, conduciendo sobre el mar.
Rhys siempre lo había visto por la tele, no se había perdido un solo Grand Prix (mucho menos el de Ávalor), desde que tenía nueve años.
Alex le contó que su padre era uno de los organizadores más importantes de la carrera y que él lo acompañana a la pista para prepararlo todo antes de la carrera. Rhys le habló sobre las carreras ilegales de bandas en las que él ganaba cada en la que competía. Hablaron sobre los mejores GP de la historia, sobre los Rubíes y mucho más.
—Oye, ¿no te gustaría venir al Grand Prix este año? —le propuso Alex.
—¿De verdad? —exclamó Rhys, con los ojos iluminados.
