Rhys Fiztherber, el perfecto heredero al reino de Corona, lleva preparándose para ascender al reino desde que le quitaron los pañales. Y como todo rey, necesita una reina. Lleva comprometido con la princesa Bianca incluso antes de que ella supiera c...
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CAPÍTULO XXXVII:Las riendas de su caballo
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Bianca bajó del carruaje con Ben a su espalda. Los paparazzi la deslumbraban con los focos de las cámaras, y fue Ben quien tiró de ella hasta el cementerio de Corona. Caminaron con paso veloz, bajo las miradas de muchos que también venían al funeral.
Estaba Camden, que no fue capaz de mirar a Bianca a los ojos. Estaban Cintia y Jessica, que murmuraba cosas sobre Bianca. Vio a Pax con sus padres, vestido con un traje negro no muy arreglado, pues Pax tampoco era muy así. Los Hoods estarían por ahí, pero Bianca no quería ir a hablar con nadie.
Bella y Bestia dijeron que irían a visita las tumbas de los padres de él antes de la ceremonia. Ben fue un momento a saludar a Audrey y Chad. Bianca miró a sus lados a todos vestidos de negro y se le hizo insoportable seguir allí. Salió en cuanto tuvo oportunidad y se alejó hasta la zona más poblada de árboles.
Bianca escuchó unos sollozos y unos arañazos extraños.
—Mierda —masculló una voz conocida.
Bianca se asomó y vio a Flynn apoyado en un árbol escribiendo furiosamente en un papel. Destrozó el papel con furia y lo tiró por todos lados. Rompió a llorar, abrazando sus rodillas. Bianca no pudo ignorar eso.
Se arrodilló junto al príncipe y él levantó la mirada para verla a los ojos. Flynn tenía un aspecto horrible, deteriorado. Cómo si no hubiera comido en un mes. Él abrazó a Bianca con fuerza, llorando desconsoladamente. Pasaron varios minutos hasta que él dejó de llorar y unos pocos más hasta que pudo hablar.
—Mis padres querían que hablase de Rhys por ellos, dicen que lo conozco mejor —habló con voz rota—. Pero no he podido escribir nada.
—A lo mejor no se trata de escribir, Flynn.
—No sé qué hacer.
No sé qué va a pasar. Tengo miedo. He perdido a mi hermano, y él era mi todo. Tengo mucho miedo porque nunca me había imaginado un solo día sin él y ahora será para toda la vida.
—Tienes que hablar conmigo —le pidió Flynn—. Por favor.
—No creo que pueda —negó de inmediato.
—Es que yo no puedo tampoco —gimió Flynn—. No quiero estar solo.
Bianca lo miró a los ojos y accedió al final.
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—Ahora, sus familiares tienen alguna palabras para él —dijo el sacerdote de la ceremonia.
Rapunzel dirigió a su hijo menor una sonrisa triste y él se levantó bajo el silencio atento de los demás. Se arregló el elegante traje negro y caminó unos pocos pasos. Sorprendió a todos los presentes al ofrecerle una mano a Bianca para subir al pequeño altar. Ella lo siguió alisando la falda de su vestido negro. Se agarró de su brazo y subieron.
Flynn dirigió a Bianca una mirada que pedía auxilio. Ella puso una mano sobre la de él. Flynn volvió a mirar al público y comenzó con su discurso, sin papel.
—Para los que conocíamos a Rhys, su muerte nos marcará toda la vida. Rhys era una persona a la que hubieras agradecido de estar en tu vida de la forma que fuera. Yo tuve la gran suerte de tenerlo como hermano estos últimos 14 años. A partir de hoy, ya no sabré qué hacer.
» Ahora no tendré a mi hermano en la habitación de enfrente. Su silla en el comedor estará vacía cada cena y nos quedaremos sin sus bromas cada Navidad. A partir de hoy, no me pelearé con él, ni reiré ni lloraré. No lo escucharé tocar y cantar sus canciones y no saldré a pintar un amanecer en la playa con él, como solíamos hacer cada verano.
» El mundo ha perdido a una gran persona, porque me niego a pensar que alguien podría llegar a amar, soñar o trabajar de la forma en la que lo hacía Rhys. Él daba su máxima nota en todo, en cada pequeño detalle, hacía que todos los momentos contasen. Rhys siempre decía que jugaba a vivir, que nada nunca tenía que ser tan serio como para que te impidiera disfrutar de todo lo demás. Eso me alivia, porque sé que mi hermano disfrutó cada minuto de su vida... hasta el último momento.
» Te voy a echar mucho de menos, Rhys. Pero aprenderé a vivir como tú lo hiciste. Y te honraré durante toda mi vida, hermano.
Flynn miró a Bianca con ojos tristes. La princesa veía con comprensión y admiración a su mejor amigo. Flynn la invitó a dar un paso al frente, pues quería que ella hablase también de Rhys.
—Creo que Rhys será siempre el amor de mi vida. Jamás podría olvidarlo ni aunque quisiera. Rhys me enseñó el verdadero significado de la felicidad, en el que encuentras a personas que estarían dispuestas a cometer las mismas locuras que tú, a tu lado. Tuve la suerte de conocer a su yo verdadero: valiente, romántico, solidario, gracioso.
» Rhys me dijo una vez que vivía al límite. Nunca sabía si el caballo que llevaba las riendas de su vida se desbocaría y lo tiraría al suelo. Y ahora eso ha pasado, parece mentira, pero es así. Nunca quise creer la parte filosófica de Rhys, pero él era perfecto hasta para eso.
» Rhys era sincero, era inteligente, era amable, buena persona. Y pasarán las noches en las que sus amigos lo recordemos y miremos al cielo preguntándonos cuál es la estrella desde la que nos observa. Él siempre estaba atento a todo y se preocupaba por los demás... Cuidaba nosotros... Nos quería...
» Y yo le quería a él.
Flynn me tomó del brazo a Bianca cuidadosamente y bajaron del altar y volvieron a sus lugares.
Luego, Bianca echó un girasol al ataúd antes de que lo bajaran.