Capítulo 7: Reproches.

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Al cerrar la puerta Itadori recargó su espalda sobre ella y se dejó caer hasta quedar sentado en el piso. Seguía rojo de la vergüenza, mientras hacía lo que estaba haciéndole a su profesor nunca pasó por su mente qué pasaría si se despertaba; ahora pensaba que si Satoru hubiera reaccionado de forma diferente al descubrirlo y le hubiera seguido al juego ante la excitación, Yuji hubiera estado dispuesto a hacerlo todo con él. Nada más de pensarlo su pene se volvía a endurecer y al sentirlo escondió su rostro entre sus piernas de lo avergonzado que le hacía sentir ahora la atracción tan fuerte que experimentaba por Satoru Gojo.

Antes de conocerlo Itadori ni siquiera había pensado en alguien de esa forma, fue precisamente el haber presenciado esa situación entre Gojo y Geto lo que hizo que el chico comenzara con su despertar sexual y ahora su único interés en ese sentido era el profesor de cabello blanco; pero al mismo tiempo el hecho de que no le hubiera puesto una mano encima al darse cuenta que era él hablaba muy bien de su profesor como persona y eso agregaba más a la lista de cosas que le gustaban de Satoru.

Miró hacia enfrente, desde ahí alcanzaba a ver a Fushiguro recostado en la cama tal como lo había dejado, le dio más vergüenza al pensar que era como si se hubiera aprovechado de la hospitalidad de su amigo que lo había recibido y cobijado en su casa, ¿cómo se supone que lo iba a ver a los ojos después de lo que le había hecho a su papá? Definitivamente no tenía dónde esconderse ahora, no sabía qué le iba a decir Gojo en la mañana que lo viera o si se quejaría con Megumi por lo que hizo su amigo… No sabía qué iba a pasar, solo sabía que cualquier cosa que pasara iba a ser un momento muy embarazoso para él.

Y así se quedó toda la noche en ese sitio, dándole vueltas al asunto y pensando en mil escenarios posibles a partir de ello. Pasaron horas y sin que se diera cuenta se hizo de día.

Megumi comenzó a despertar, al abrir sus ojos sintió molestia por la luz que entraba por la ventana, no se sentía muy bien y tardó un poco en recordar qué había pasado la noche anterior. Al recordar que Yuji se había quedado en su casa lo buscó con la mirada y le pareció muy extraño verlo sentado en el piso con la cabeza gacha.

Se sentó en la cama para verlo mejor.

—¿Itadori? ¿Qué haces ahí? ¿Te sientes mal?

Lo primero que pensó fue que su amigo sentía algún malestar por lo que había tomado la noche anterior y se dio cuenta que se sobresaltó al escucharlo.

Itadori apenas estaba empezando a quedarse dormido cuando escuchó la voz de Megumi. Inmediatamente levantó la mirada y se puso nervioso, como si su amigo nada más de verlo fuese a saber lo que le había hecho a su padre la noche anterior y le fuera a recriminar en ese instante.

—¿Estás… bien? —volvió a preguntarle ahora con más duda. Comenzó a preocuparle que lo que habían tomado le hubiera afectado más a él.

Al ver que Fushiguro parecía querer levantarse para acercarse, Itadori sintió como si una alarma se activara en su cabeza y se levantó de golpe.

—¡Estoy bien! ¡Me tengo que ir! —exclamó de forma exagerada mientras tomaba su ropa del piso y así como estaba se salió de la recámara.

—¿Qué? ¿Por qué? —Megumi se sintió confundido, pero el estado de su cuerpo no le permitió reaccionar más rápido.

Al salir del cuarto Itadori casi corrió a la entrada principal donde se detuvo antes de abrir la puerta, pensó en ponerse la ropa para después retirarse. No tenía la cara para quedarse un minuto más en esa casa; pero antes de que pudiera ponerse los pantalones escuchó la voz de Satoru, lo que hizo que se le crisparan los nervios.

—¿No te quedas a desayunar? —preguntó Gojo desde la barra de la cocina, donde se encontraba recargado mientras picaba un poco de fruta con el tenedor y se la llevaba a la boca. Notaba el estado alterado del chico, pero decidió actuar como si no pasara nada.

Encuentros y desencuentros || Jujutsu KaisenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora