Capítulo 17: Detonación.

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No tenía idea de cuántas horas llevaba ahí sentado. Ya era una mala costumbre que había tomado cuando su mente ya no podía más: sentarse en esa banca en medio del parque y no hacer nada hasta que se le olvidaba por completo por qué había llegado ahí; aunque ciertamente dentro de sus malas costumbres esta era la más inofensiva.

No había dormido nada desde el día anterior. Llegó ahí muy temprano en la mañana y ya era mediodía, no se había movido ni de posición, se mantenía con la mirada perdida hacia algún punto del suelo que se encontraba frente a él.

De repente frente a sus ojos apareció una mano que sostenía una caja de bento. Con su mirada siguió el brazo que lo llevó hasta el rostro de la persona que le ofrecía el alimento.

—Llevas todo el día aquí, debes tener hambre.

Un hombre de cabello rosado y gafas, vestía camisa blanca con corbata y un chaleco encima, definitivamente alguien en horario laboral.

Toji se le quedó viendo, dejándolo con la mano extendida.

—Vamos, es mi almuerzo de hoy, pero no tengo problema si quieres comerlo. Yo mismo lo preparé te aseguro que te va a gustar —una amplia y cálida sonrisa acompañaba sus palabras.

—¿Quién eres? ¿Qué quieres? —preguntó serio, casi en tono agresivo.

—Lo siento, no quiero ofenderte, te he visto en otras ocasiones, pero sentí que hoy ya habías estado mucho tiempo aquí y pensé que quizá tendrías hambre… Perdón, ni siquiera sabes quién soy —se rio— me llamo Jin.

Esa fue la primera vez que Toji vio a Jin. Nunca entendió cómo alguien como él pudo haber puesto su atención en la escoria que se consideraba en ese momento, pero aunque todavía no lo sabía ese encuentro había sido su salvación.

Por casi medio año Jin lo acompañó en esa banca. Al principio Toji llegaba ahí un par de veces a la semana, pero después de ese primer encuentro Jin se le acercaba cada vez que lo veía, y cuando menos se dieron cuenta ocurría todos los días. Ahí fue donde se empezaron a conocer, al principio Jin era el único que hablaba pero poco a poco Toji le fue tomando confianza hasta que también fue capaz de contarle su vida, sus problemas. Nunca le escondió nada a Jin, pero de alguna forma él era capaz de ver algo todavía rescatable en su persona; no podía creer que no saliera corriendo después de saber lo que era capaz de hacer, pero de alguna forma Jin le hacía tener esperanza, le transmitía una paz que le hacía imaginar que salir de ese agujero era posible.

Pero cuando no estaba con él su realidad volvía a aplastarlo, volvía a perder el control de su vida hasta ese día en que se atrevió a ponerle una mano encima a la mamá de su hijo; ese día en que Satoru Gojo le dio la paliza de su vida y que si no fuera por Geto que fue el que lo detuvo pensó que iba a ser capaz de matarlo. Tuvo que irse completamente humillado, sin siquiera haber podido ver a su hijo esa noche, sin siquiera haber podido despedirse de él.

Estaba en un estado deplorable, borracho, con la boca rota y lleno de sangre, pero al único lugar que se le ocurrió ir fue a ese parque. ¿Estaría él ahí? No, claro que no, era muy tarde. ¿Quería que estuviera ahí? No sabía. Una parte de él odiaría que lo viera en ese estado, pero la otra parte quería verlo… Ahí fue cuando Toji se dio cuenta que Jin era más que un amigo para él y fue cuando, por primera vez, quiso cambiar en serio, porque quería poder ser digno de ser visto por él.

Llegó al parque y se dejó caer en el piso. Daba igual si no llegaba a la banca donde siempre se encontraban, él no iba a estar ahí y ni siquiera tenía caso imaginarlo, porque seguramente Jin no querría tener nada que ver con alguien que terminaba en estas condiciones.

—¡Toji!

Era su voz… ¿Era él? ¿O lo estaba imaginando?

—¡Toji! ¡¿Qué te pasa?! —después de correr hacia donde estaba Jin se agachó para darle la vuelta y levantarlo un poco para poner su cabeza en su regazo. Se asustó mucho al ver la sangre que ahora lo manchaba a él también—. ¿Quién te hizo esto? Te llevaré a un hospital.

Encuentros y desencuentros || Jujutsu KaisenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora