Capítulo 22: Reflexiones.

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Ya en casa Satoru se cambió de ropa y se acostó en su cama mientras Megumi tomaba un baño, le dolía el cuello y los hombros por estar tan tenso después de esa discusión con el director; no se arrepentía de lo que había hecho, pero era consciente de que ahora no tenía trabajo y de que iba a tener que buscar otra escuela para su hijo inmediatamente y no podía evitar que el tema comenzara a agobiarle.

Antes de que pudiera darle más vueltas al asunto su celular comenzó a sonar y le trajo un poco de alegría ver el nombre de Suguru en la pantalla.

—Satoru, ¿cómo te sientes? Ya no pude ir tras de ti cuando te vi salir de la escuela con Megumi.

—Pues… qué te diré, supongo que ya te enteraste que renuncié —Suguru asintió emitiendo un leve sonido—. No puedo decir que estoy bien, pero creo que fue la mejor decisión tanto para mí como para Megumi, después de todo lo que pasó ya no íbamos a poder tener días tranquilos en ese lugar.

—Lamento que haya sido así… Voy a extrañar verlos aunque sea unos momentos cada día.

Satoru no pudo evitar sonreír. Aunque casi no se veían en el trabajo ambos sabían que el otro estaba ahí, y ahora que ya no tenían una relación era el único lugar en donde podían sentirse cerca de alguna manera. Y también sintió bonito al escuchar que hablaba en plural y no solo refiriéndose a él.

—Gracias por lo que hiciste hoy… por proteger a Megumi de esa forma.

Geto sonrió al escuchar esas palabras.

—Era lo único que podía hacer. Tengo años de conocerlo, sé qué clase de chico es y sabía que debía tener un fuerte motivo para hacer lo que hizo. Además… no podía dejar que le sucediera algo malo a la persona que más amas.

Las emociones que Satoru estaba sintiendo en su interior al escuchar a Suguru le hacían confirmar que aún lo amaba. Sentía muy bonito el escuchar esas palabras salir de su boca, pero pensó que no quería ilusionarse en vano, que no por salvar a Megumi de una situación peligrosa significaba que podían regresar y vivir los tres su feliz cuento de hadas; no quería emocionarse por eso.

—Gracias, de verdad, siempre te lo voy a agradecer… ¿Y el otro chico? ¿Supiste cómo estaba? Me preocupaba también que sus padres quisieran acusar a Megumi o algo así.

—Hakari está fuera de peligro y al parecer sus padres saben lo que tienen, afortunadamente, no mencionaron nada sobre querer confrontar al que había hecho eso o a sus padres, así que por ese lado no te preocupes.

Gojo escuchó que su hijo salía del baño y no quería dejar pasar más tiempo para hablar con él.

—Tengo que hablar con Megumi sobre todo lo que ha pasado, ¿puedo llamarte en otro momento? Solo si es necesario, no quiero molestarte.

—Puedes llamarme cuando quieras, tú nunca serás una molestia para mí.

Se despidieron y Gojo fue a la habitación del chico que tenía la puerta abierta y ya se encontraba vestido.

—¿Cómo estás, pequeño?

Fushiguro se dejó caer sentado en la cama al tiempo que su rostro se tornaba preocupado.

—Perdón por todo lo que causé…

—No te disculpes —caminó para sentarse junto a él en la cama—, no te voy a decir que la violencia es buena, pero… ahora que sé que no hay ningún peligro te confieso que siento bonito al saber que me defendiste de esa forma. Saber que me quieres es lo que más me hace feliz.

Megumi se sonrojó ante las palabras de Satoru, era la verdad pero no podía dejar se avergonzarse con ese tipo de cosas.

—Cómo no te voy a querer, si eres mi papá —expresó sin mirarlo, muy serio, pero con el rostro completamente rojo.

Encuentros y desencuentros || Jujutsu KaisenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora