Capítulo 16: Empatía.

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Al salir de la escuela Yuji corrió para alejarse lo más rápido posible de ahí y se dirigió a la casa de Fushiguro. Necesitaba ver a su amigo y tenía que aprovechar que sus padres aún estaban en su trabajo para poder ir con él, ya que después de todo lo que había pasado no creía que le permitieran ir a esa casa donde también vivía su profesor.

Al llegar tocó la puerta, pero nadie abrió; Satoru aún seguía en la escuela así que Megumi se encontraba solo y esperaba estuviera bien. Después de unos minutos decidió llamarlo ya que no le abría la puerta.

—¡Fushiguro! ¿Estás bien?

Megumi no tardó mucho en contestar su teléfono y le sorprendió un poco la forma tan alarmada en que su amigo le hablaba.

—Eh… sí, hola —saludó con su ya característica seriedad.

—¡Estoy afuera de tu casa! ¡Ábreme, por favor, quiero ver que estés bien!

El chico pensó que Yuji estaba exagerando, pero de igual forma salió de su habitación para ir a abrirle la puerta; antes había estado con audífonos y por eso no había escuchado que tocaba.

Al instante en que abrió la puerta de su casa Yuji saltó sobre él y lo envolvió en un fuerte abrazo.

—¿Q-qué pasa, Itadori? —se sonrojó ante el contacto con su amigo.

—¿Cómo que qué pasa? ¿De verdad estás bien? ¡No fuiste hoy a clases y me preocupé mucho! —lo soltó y se separó un poco del otro para poder verlo mejor—. No pude hablar contigo en todo el fin de semana y después de todo lo que ha pasado…

Antes de terminar su frase volvió a abrazarlo. No podía ni imaginar lo difícil que debía estar siendo para su mejor amigo toda la situación; lo quería mucho y ahora que sabía toda la verdad le dolía mucho más pensar en el dolor que estaba sintiendo Fushiguro. Con ese abrazo trataba de transmitirle su cariño y la confianza para que supiera que iba a estar ahí para cualquier cosa que él necesitara.

Al sentir la forma en que Itadori apretaba el abrazo, Megumi sintió una enorme calidez y decidió dejar la vergüenza para entregarse al cariño que su amigo le estaba demostrando. Por primera vez se permitió ser débil frente a él y enredó sus brazos en la espalda del otro para devolverle el abrazo. Sabía que lo que sentían el uno por el otro era totalmente diferente, Yuji probablemente lo quería como a un hermano y para Megumi ese chico de cabello rosado era su primer amor, un amor que sabía no era correspondido pero que no necesitaba que lo fuera, ya con tenerle así Megumi daba por llenada su alma.

—La verdad… —comenzó a hablar aún en el abrazo— no estaba del todo bien… pero ahora lo estoy si tú estás conmigo.

No quería que se separaran del abrazo porque no quería que Itadori le viera el rostro, no ahora que había dejado salir aquellas palabras; no quería que se diera cuenta que estaba enamorado de él, pero así como el día anterior se sintió muy bien al decirle a Gojo que lo quería mucho, decidió que también su amigo debía conocer al menos el bienestar que le daba el tenerlo a su lado.

Itadori le abrazó todavía con más fuerza sin darse cuenta del verdadero significado de esas palabras; para él ese cariño era fraternal y como toda su vida sus padres le enseñaron a dar y recibir amor sin pena alguna no le era nada extraño ese tipo de demostraciones de cariño hacia la gente que amaba.

Por fin se separaron y Yuji le regaló una amable sonrisa.

—¿Me invitas a pasar?

Fueron a la habitación de Megumi donde el chico le puso al día de todo lo que había pasado, sobre todo de su encuentro con Toji en la cafetería y de todo lo que habían hablado. Se sentía bien de poder compartir esto con su amigo pues no le había contado nada de eso a su padre adoptivo y realmente necesitaba hablarlo con alguien.

Encuentros y desencuentros || Jujutsu KaisenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora