Capítulo 23: Quiebre.

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Geto se encontraba ya en la cama esa noche, leía un poco antes de dormir cuando empezó a escuchar que tocaban la puerta de una manera muy desesperada. Se levantó rápidamente, asustado por la forma en que golpeaban la puerta.

—¿Quién es? —preguntó desconfiado.

—Soy yo. Suguru, ábreme por favor.

Al escuchar la voz de Satoru como si estuviera llorando se preocupó y se apresuró a abrir. El hecho de que se encontrara ahí a esa hora de la noche ya significaba que algo malo había pasado.

—Se lo llevaron, ¡se llevaron a Megumi! —fue lo primero que dijo al pasar, completamente angustiado.

—¿Qué? ¿Quién? —preguntó alarmado. Por un momento creyó que le diría que Toji, pero al instante Satoru empezó a contarle todo lo que había pasado, el cómo había seguido a los hombres que se lo habían llevado y cómo le negaron verlo cuando lo exigió; ni siquiera le dejaron despedirse de él.

Después de eso Gojo trató de hacer lo que le indicaban en el documento, pero como ya pasaba del horario de oficina fue imposible hacer algo al respecto en ese momento.

—Todo estaba cerrado y donde aún había gente nadie me pudo ayudar, nadie sabía nada, ¡no puedo esperar hasta mañana! —expresó alterado, entre sollozos. Todas las horas en las que estuvo de una oficina a otra trató de estar lo más tranquilo que pudo, pero después de no haber obtenido ningún resultado estaba tan desesperado que se quebró y ahora no podía tranquilizarse.

A Geto le dolió mucho verlo así. No podía simplemente decirle que se calmara porque tenía todo el sentido del mundo que su expareja estuviera así y lo único que se le ocurrió fue abrazarlo para intentar darle algo de fortaleza.

—Sé que es difícil, pero trata de calmarte un poco, es más complicado pensar en una solución si estás alterado —le dijo suavemente mientras le acariciaba un poco la espalda a modo de protección.

Satoru apoyó su mentón sobre el hombro del otro y respiró profundo, tratando de tranquilizarse; se dejó abrazar en ese momento por su expareja, aunque él no le regresó el abrazo.

Después de algunas respiraciones que le ayudaron a calmarse, se alejó de Geto para separarse del abrazo y le mostró los documentos que le habían dado.

—Me dieron esto —Suguru tomó los papeles para verlos—. Por lo que estoy entendiendo están diciendo que Megumi no está seguro bajo mi custodia, que en mi casa ha sido testigo de violencia y que por mi negligencia ha replicado esa violencia con otras personas… No sé si tiene que ver con lo que pasó en la escuela, pero ¿de dónde sacaron eso? ¿El director habrá puesto alguna queja?

Geto leía rápidamente lo que decía ahí, aunque estaba en las mismas que Satoru ya que no tenía más conocimiento que él respecto a estos temas.

—Además también dice que hubo anomalías en el proceso de adopción que de comprobarse pueden proceder con su anulación, ¿eso quiere decir que dejaré de ser el padre de Megumi? ¡Pero no menciona cuáles anomalías! Nadie me pudo explicar nada de esto y no tiene sentido para mí. ¡Si todo lo hicimos bien! Precisamente para evitar cualquier problema la mamá de Megumi lo hizo en vida, ¡no entiendo nada! —de nuevo se desesperó y su voz delató que estaba a punto de llorar otra vez.

—Tranquilo, tranquilo. Yo tampoco entiendo más que tú, pero mañana temprano llamaré a mi amigo Higuruma, ¿te acuerdas de él? Es abogado y sé que puede ayudarnos con esto, pero vamos a tener que esperar hasta mañana, ¿sí? Sé que es difícil para ti pero es la única forma.

Suguru podía ver los ojos vidriosos de Gojo y le daban unas tremendas ganas de volver a abrazarlo, pero se dio cuenta que el otro no le había regresado el abrazo hace un momento y no quería insistir, no lo quería incomodar.

Encuentros y desencuentros || Jujutsu KaisenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora