Habían pasado casi tres horas desde que Toji se fue de la casa, Jin se encontraba sentado en la cama apoyado en el respaldo sin poder siquiera cerrar los ojos, estaba preocupado porque su pareja no regresaba y no se había llevado el celular, por lo que era imposible comunicarse con él.
De repente escuchó el sonido de la puerta principal al cerrarse y salió rápidamente de su habitación para encontrarse con Toji, pero el otro ya se había acostado en uno de los sofás dándole la espalda para ocultar su rostro.
—¿Toji? ¿No vas a venir a la cama? —preguntó despacio, esperando su respuesta para medir qué tan molesto seguía, pero no recibió ninguna.
Se acercó al sofá y le tocó el hombro.
—Vamos a la cama… —le pidió de manera suave, ya no quería pelear, solo quería que fueran a dormir ahora que sabía que su pareja había llegado sano y salvo a casa.
Toji siguió sin responder, lo que Jin interpretó como enojo y supuso que no quería dormir esta noche a su lado, así que decidió darle su espacio y se despidió triste para dejarle tranquilo.
Lo que Jin no sabía era que Toji no quería hablarle porque temía que con solo escucharle su pareja se diera cuenta de que había roto su promesa, la promesa que se había hecho a sí mismo de dejar todos sus vicios por estar a su lado. Solo había tomado tres copas, que para su cuerpo no era suficiente para ponerlo borracho, pero sí fue lo suficiente para que su cuerpo recordara lo relajante que era para él y la razón principal por la que tomaba en el pasado, por lo que ahora se sentía muy avergonzado por haber recurrido a esa salida cuando ya no fue capaz de controlar sus emociones por sí mismo.
Se sentía una horrible persona por hacer que Jin se desvelara y por preocuparlo tanto, pero definitivamente no podía arriesgarse a que lo oliera si le hablaba y simplemente esperaría a que se durmiera para lavarse y tratar de fingir que nada había pasado.
Cuando empezó a amanecer Yuji abrió los ojos y lo primero que vio fue el rostro de Megumi. Verlo así tan tranquilo y apacible le hizo sentir alegre por saber que ahora su amigo le permitiría estar cerca de él para apoyarlo ahora que debía estar en su casa y sin duda se encargaría de no dejar que estuviera triste por ningún motivo.
Aún estaban abrazados tal y como se habían dormido la noche anterior e Itadori se dedicó por varios minutos a apreciar ese rostro que tenía enfrente, veía sus pestañas, sus mejillas, sus labios… y de repente le pareció… lindo.
En ese momento Megumi comenzó a despertar y pudo sentir la mirada del otro sobre él, por lo que abrió los ojos y al darse cuenta que Itadori lo miraba fijamente mientras lo seguía abrazando se sonrojó y se alejó un poco acostándose boca arriba, haciendo que de esa forma dejaran de abrazarse.
—Buenos días —saludó Yuji sonriendo, feliz porque sabía que hoy irían juntos a la escuela y se harían compañía mutuamente.
A pesar de que había arreglado las cosas con su amigo la noche anterior, Fushiguro no podía sonreír con la misma facilidad que Itadori, aún sentía el pesar de todo lo demás pero de igual forma ver la sonrisa tan sincera de ese chico iluminaba como un rayito de sol la oscuridad que él tenía dentro.
Se alistaron y cuando salieron del cuarto Toji ya no estaba en la sala, se había ido a su habitación antes de que todos se levantaran, y cuando Jin despertó lo encontró bañado y listo para irse a trabajar.
—Me iré antes, tengo cosas que arreglar en la oficina —mencionó viendo a su pareja a través del reflejo del espejo, ni siquiera se atrevía a verlo directamente.
A Jin le pareció extraño, pero no lo quiso cuestionar sobre eso.
—Toji, sobre anoche…
—Tengo que irme, hablamos en la tarde, ¿sí? Te amo.
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Encuentros y desencuentros || Jujutsu Kaisen
FanfictionMegumi Fushiguro está enamorado de Yuji Itadori aunque no quiere aceptarlo. Todo se sale de control cuando entran a la preparatoria donde Satoru Gojo, el padre adoptivo de Megumi, es el maestro más codiciado e Itadori no puede resistirse a sus encan...