Capítulo 14: Pesadumbre.

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En esa casa nunca se habían presenciado peleas, nunca se habían escuchado gritos y mucho menos ofensas, pero había sucedido algo que parecía alterar la paz que siempre había reinado en ese hogar. Itadori nunca había visto a Toji así de enojado, nunca antes le había levantado la voz y verlo así lo estaba asustando.

—¿Qué está pasando? —un preocupado Jin entró a la habitación al escuchar cómo su pareja le hablaba a su hijo.

—¿Qué pasa? ¡Mira esto!

Le mostró los dibujos a su pareja y Jin los tomó. Al igual que Toji él sabía que su hijo dibujaba pero en los últimos meses no se había tomado el tiempo para ver en qué estaba trabajando, así que se sorprendió al ver que Yuji tenía todos esos dibujos de quien se parecía a uno de sus maestros de la escuela.

—Yuji, ¿por qué tienes tantos dibujos de tu profesor? —Jin no sabía que el maestro que había visto un par de veces en la escuela de su hijo era el mismo Satoru Gojo con el que su pareja había tenido conflictos hacía tantos años y que ahora era quien tenía la custodia de Megumi.

—¡¿Su profesor?!

La sorpresa de Toji fue total, pues aunque tenía muchos años viviendo con Jin nunca habían hecho algún proceso legal para tener algún tipo de injerencia en tramites u otros procesos de Yuji, por lo que Jin era el único que acudía a su escuela cada que era necesario y por lo tanto era el único que conocía a las personas que trabajaban ahí.

—Él es Satoru Gojo, el mismo imbécil que ha tenido a mi hijo todo este tiempo —le informó a Jin, quién se sorprendió al saber eso. Toji se dirigió una vez más a Yuji—. ¿Este hombre es maestro tuyo? ¿Entonces lo ves todos los días y no solo cuando visitas a Megumi? ¿Y qué haces con él? ¿Cuándo viste su cuerpo así? ¿Eh, Yuji? ¡Responde!

Cada pregunta que lanzó fue en un tono agresivo, su intención no era asustar a Yuji pero estaba tan enojado que no medía el tono ni el volumen de su voz.

Yuji por su parte estaba mudo, no sabía qué contestar, no quería decir nada que lo dejara en evidencia ni menos decir algo que se fuera a malinterpretar y fuera a meter en problemas a su profesor.

—¡Yuji respóndeme, maldita sea!

—¡Toji! ¡Ya basta! —intervino Jin al notar que su pareja se estaba saliendo de control con su hijo.

Toji guardó silencio al darse cuenta de la manera en que le estaba hablando a Itadori y al poner atención al chico pudo ver el temor en sus ojos. Se arrepintió por dejar que la situación le hiciera alterarse tanto, se recordó a sí mismo en el pasado donde fácilmente perdía el control de sus acciones y no deseaba que su familia actual lo viera comportarse así.

Exhaló fuerte como una manera de controlarse. Se dio cuenta que el hijo de su pareja no le iba a contestar nada en ese momento, pero claro que eso no se iba a quedar así.

Le quitó a Jin los dibujos de las manos para llevárselos.

—Si no me quieres contestar yo mismo lo voy a averiguar —y dicho esto salió de la habitación dejando a padre e hijo solos.

Yuji vio con tristeza cómo su padrastro se llevaba sus dibujos, en realidad esas hojas eran más que simples bocetos para practicar, esos dibujos eran importantes para él, era la forma que había encontrado para desahogar el amor que creía sentir por su profesor, que más que amor era un enamoramiento platónico pero el chico en su inmadurez no podía diferenciar eso; además, le preocupaba mucho lo que Toji fuera a hacer con ellos.

—¿Qué significa todo esto, Yuji?

El menor volteó a ver a su padre y su expresión denotaba que podía soltarse a llorar en cualquier momento.

Encuentros y desencuentros || Jujutsu KaisenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora