Capítulo 21: Torbellino.

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Suguru caminaba por uno de los pasillos en busca de un profesor para pedirle cierta información que necesitaba, iba muy concentrado cuando de repente un alumno de primer año lo interceptó para pedirle ayuda.

—¡Profesor! En el salón… —el alumno estaba agitado, pues había corrido al ver a Geto a lo lejos— Fushiguro… ¡Fushiguro atacó a otro chico y está muy lastimado!

Geto casi corrió hasta el salón donde le dijeron que había sido el incidente y al entrar no lo podía creer: Megumi encima de Hakari que parecía inconsciente, demasiada sangre, los demás alumnos impactados.

—¡A un lado, déjenme pasar! —al llegar hasta donde estaban los dos chicos se dio cuenta que Fushiguro parecía estar en shock con la mirada clavada en el rostro de su compañero que yacía en el suelo—. ¡Salgan todos del aula ahora mismo! ¡Yo me encargaré de esto!

Sacó su celular mientras los pocos alumnos que estaban ahí empezaban a salir pues aún estaban en su descanso y llamó a la doctora Shoko para indicarle que había una emergencia.

—Megumi… ¡Megumi! —le levantó la voz hasta que volteó a verlo todavía con su cara de conmoción—. Ve a lavarte y enseguida ve a mi oficina, no te muevas de ahí hasta que yo llegue ¿entendido? No hables con nadie, cierra la puerta y yo iré en cuanto ponga a este chico a salvo.

Megumi asintió sin decir nada y se levantó para hacer exactamente lo que Geto le había indicado.

Minutos después apareció Shoko y con ayuda de Geto se llevaron a Hakari a la enfermería para revisarlo, esperando que no fuera algo demasiado grave como para tener que llevarlo a un hospital.

Al dejar a Hakari con su compañera, Suguru se apresuró para ir a su oficina. Al intentar entrar se sintió aliviado de que el chico le había hecho caso y había cerrado con candado, sacó su llave y entró. Fushiguro estaba sentado en una silla junto al escritorio del maestro, sus manos estaban limpias, pero aún tenía restos de sangre en la camisa.

El menor miraba al suelo y se apretaba las manos una con otra.

—Megumi, ¿qué fue lo que pasó? —se acercó y se agachó un poco para quedar a su altura. La respiración de Megumi y la forma en que apretaba sus manos denotaban lo nervioso y asustado que estaba—. Necesito que me lo digas para poder ayudarte, si lo de ese chico es grave esto se va a convertir en un gran problema.

Megumi lo miró y en sus ojos no había más que preocupación.

—Yo… estaba muy enojado… no podía permitir que dijeran esas cosas sobre mi padre.

Por un momento Suguru creyó que se refería a Toji, pero después de que el chico le contara todo lo que había pasado en el salón le sorprendió que hablara como si Satoru fuera su verdadero papá, pues nunca lo había escuchado referirse así hacia él. Por supuesto que nada justificaba la violencia, pero se entristeció mucho al saber que la reputación de su expareja ahora estaba dañada, no solo con los maestros y administrativos, sino también entre el alumnado.

—Yo sé que mi papá nunca haría nada de eso, sé lo que en verdad pasó y no pude soportar que lo acusaran y se burlaran de él de esa forma —apretó los puños otra vez sintiendo como el coraje recorría nuevamente su interior.

—De verdad entiendo cómo te sientes, Megumi, pero no estuvo nada bien lo que hiciste y todo esto puede que haya empeorado la situación tanto para ti como para Satoru —la mirada del chico perdió su enojo para volver a la preocupación—. No creo poder hacer mucho para defenderte pero lo intentaré, te conozco, sé que eres un buen chico y que hay razones que seguramente te están llevando a tus límites… así que veré que puedo hacer, quédate aquí un poco más ¿sí? Iré a ver cómo está todo.

Encuentros y desencuentros || Jujutsu KaisenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora