Prólogo

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Era la calida mañana en las fechas de invierno, a las afueras de un reino, el cual se encontraba en ruinas. Aquel sitio había sido la sede de una sangrienta batalla entre dos ejércitos enemigos la noche anterior, teniendo como ganador a uno de los bandos.

No obstante, aquella pelea dio como resultado la muerte de miles de hombres, cuyas familias ya no serían testigos de su regreso para poder festejar con un gran banquete.

En medio del campo de batalla, una iglesia, que se encontraba sin la parte delantera del techo y con uno solo de los campanarios que apenas se sostenía por las columnas, era el lugar de conversación entre dos hombres de alto rango.

Uno de ellos, el cual tenía vendajes en la mayoría de las zonas de su cuerpo, tomaba el mapa de la isla en la que se encontraban.

- Maldición... solo han pasado doce horas desde el fin de la batalla y aún no hemos dado con el resto de los miembros del ejército del Noveno mar que entraron a nuestro territorio...

El presidente de la Asociación de Caballeros, Fairus Grindak, un hombre de carácter fuerte y autoritario se quejaba de su situación actual. Su rostro reflejaba ira al no poder completar con su trabajo.

Por otro lado, su compañero se levantó y miraba al cielo. Mientras que los rayos del sol madrugador iluminaban su mirada, su mente aún estaba pensando en varias cosas, pero sin duda su más profundo pensamiento era agradecer a los Dioses por haberles permitido ganar esta batalla.

- ¿Que te ocurre? Parece como si estuvieras esperando a que ese sol te dijera unas palabras.

Preguntaba el sujeto de mala mirada al ver tan tranquilo al señor pensador.

-Ja, lo siento. Solo pensaba en que logramos sobrevivir a otra guerra, y al menos podré ver crecer a mi nieto y a las futuras generaciones en una paz temporal.

Se disculpaba el hombre de cabellos grises y amarillos al ver la queja de su compañero; sin embargo, también compartía aquel sentimiento de felicidad tras culminar la guerra.

Por su parte, el caballero no se sentía igual de feliz; puesto que sabía que aquella batalla lo único que le traería serían más problemas debido a los miles de reportes que tendría que hacer para satisfacer al Consejo a quienes servía.

-Que tontería... sabes perfectamente que esta batalla solo fue otra más del montón. Nuestros espías informaron hace unos días que el primogenito del anterior rey del Noveno mar aún se encuentra vivo. Sabes lo que significa, ¿no?

Escuchando la pregunta por parte de su igual, no tuvo de otra más que responderle para satisfacer a sus interrogantes.

-Claro que lo sé... soy un aventurero mayor, no un viejo senil.

-Me alegra que estés consciente de ello. Entonces sabrás que lo más probable es que nos manden a nosotros a las zonas limitantes con el Noveno mar para poder evitar algún futuro ataque por parte de este. De igual forma, habrá que contactar con el equipo de espionaje tras lo ocurrido el día de ayer.

-Si, tal y como dices, con todo lo que pasó ayer es más que probable que terminemos viéndonos envueltos, tanto caballeros como aventureros en ese remolino que se va formando... aunque... me preocupa por lo ocurrido en esta isla...

Extrañado, el hombre con los miles de vendajes se levantó abruptamente de la silla en la que estaba, solamente para regañar a su compañero.

-¡No hay nada raro que haya pasado en esta isla; sabes perfectamente que todo lo que ocurrió fue la batalla entre caballeros y aventureros de nuestra alianza contra el ejército del Noveno!

Indignado por las palabras que salían de su boca, el hombre tuvo que aceptar las palabras del sujeto molesto.

-De acuerdo, ya cálmate. Solamente te decía que es más que probable que todos sepan lo que en verdad ocurrió en este lugar, ya sabes, un evento de tales magnitudes no puede simplemente ocultarse por que sí...

The Rise of Adventure [#PGP2024]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora