Amelia Potter solo quería olvidarse de sus problemas.
Mattheo Riddle quería desaparecer.
Unas almas rotas se encontraron y desde ahí no supieron alejarse.
-Todo lo que esta en mis manos los destruyó Pelirroja.
-Entonces me encargaré de controlar es...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Estaba todo listo, hoy debía ser la gran noche.
Nunca había sentido tantos nervios, ni era un solo baile de navidad. El baile de navidad, había pasado horas arreglándome y ahora estaba aquí parado, esperando que mi chica haya venido.
Digo mi cita, a eso me refiero ¿mi chica? aún no lo era.
¿Por qué se demora tanto? Será que se arrepiento de venir conmigo. No, Mattheo, cálmate, de seguro sólo se está demorando un poco. Solo es eso.
—Están bellísimas —habló la acompañente de Potter—.
—Si, si lo están —respondió mientras se volteaba—.
¿Es un sueño acaso? Porque si es así no me dispierten. Amelia estaba bellísima, más que de costumbre. El vestido que le compre (con ayuda de la mamá de Malfoy) le quedaba genial.
Estaba realmente embobado por ella. me acerque a la escalera y espere que bajara.
—Perdón por hacerte esperar -se disculpo—. No era mi intención.
—Amelia tu puedes demorarte el tiempo que quieras, yo siempre te voy a esperar.
No dijo nada, solo asentio y sonrió levemente.
Joder, amaba cuando hacía eso.
—Bueno pelirroja, el baile esta por empezar —tome su mano y la entrelace con la mía—. ¿Te parece si vamos a bailar?
—Así que si lo decías en serio —sonrió—. Esta bien Mattheo. Vamos a bailar.
¿Mattheo? ¿Me acaba de llamar por mi nombre? No puede esta tan sorprendido por eso, siempre es un Riddle para todo. Y ahora acaba de decir mi nombre.
—¿Mattheo? —repetí aun confuso—.
—Ese es tu nombre ¿o no?
—Si. Si lo es, pero, siempre me dices Riddle. Es la primera vez que me llamas por mi nombre —sonreí—. Y me gusta que lo hagas.
—Puede que lo haga más seguido. Pero ahora si al baile.
—Como quieras pelirroja.
Caminamos con nuestra manos entrelazadas hacia la pista de baile. Y desde ahí me perdí. Todos mis sentimientos se revolvieron. Estaba realmente feliz por bailar con ella, pero, también tenía miedo, miedo de que esto se acabará, miedo de no poder ser suficiente para ella.
