Amelia Potter solo quería olvidarse de sus problemas.
Mattheo Riddle quería desaparecer.
Unas almas rotas se encontraron y desde ahí no supieron alejarse.
-Todo lo que esta en mis manos los destruyó Pelirroja.
-Entonces me encargaré de controlar es...
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Verla colgada del techo y a ese bastardo apuntó de tocarla, me hizo perder todo el control. Si quería guerra, guerra tendría.
—Debiste amarme. Debiste amarme. Debiste quererme a mi y no a él.
—Y tu debes saber que nadie toca a mi mujer.
Lo tire al suelo, puede meterse con mi mujer pero conmigo no se atreve a mover ningún solo dedo para defenderse y si no fuera porque Amelia sigue ahí. Lo mató aquí mismo.
Deje de golpearlo por momentos, ya me había manchado lo suficiente de su asquerosa sangre y abrí las cadenas qué sujetaban a mi novia.
—Ya estoy aquí, preciosa —murmuró antes de que cayera al suelo—.
Estaba tan herida.. Llena de cicatrices.. Y casi sin poder respirar.
—Es mi culpa.. Te descuide y tu..
—Estás aquí y eso es lo que importa.
Pequeñas lágrimas ruedan por mis ojos, me duele tanto verla así y mi único pensamiento es sacarla de aquí lo antes posible.
Y eso es justo lo que hago, aunque primero decido cubrirla con mi capa, estaba casi desnuda y esta temblando en mis brazos.
Pagaron por esto.
Uno a uno.
Salgo de ahí con ella entre mis brazos, respirando con dificultad.. Joder.. Que no sea lo que estoy pensando.
—Vas a estar bien.. Sólo no te atrevas a cerrar los ojos ahora —mencionó—.
—Si cerrará los ojos en este momento.. Sería feliz porque al menos puedo ver al chico que amo.
—Dime que me amas cuando esto acabe y no cuando estoy apunto de perderte, maldita sea... Si hubiera llegado antes.
—Deja de culparte por lo que siempre me pasa. Somos dueños de nuestro propio destino.
—No hables como si fuéramos a estar juntos en otra vida. En esta y en mil más somos tu y yo contra todo el maldito mundo... Amelia.. Dime que me amas, pero solo cuando seamos felices ¿si?
Mi voz suena entrecortada y desesperada. No quiero perderla.
—No puedo prometerte eso.
—Yo soy el que no cumple sus promesas.. ¿Recuerdas? Yo soy el agresivo y tu eres la que me mantiene en control.
Sigo corriendo y siendo perseguido por los mortífagos de mi padre mientras que lo que están en mi mando intentan detenerlos.
—No te puedo perder ahora —suplico—. No me dejes cuando ambos por fin estamos juntos otra vez.
