Parte 13

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Cuando se despertó por la mañana, el día ya estaba muy avanzado y a Javier no le extrañó. Tendría que dar gracias si la noche anterior había dormido unos pocos minutos y cuando por fin consiguió cerrar los ojos, ya estaba amaneciendo.

Después de una ducha rápida y un cambio de ropa, fue directamente a la sala de Dante sabiendo que lo encontraría allí, pero no estaba solo.

Miguel, el segundo al mando después de Andrés, estaba con él, y parecían muy serio mientras estudiaban distintas informaciones y Javier se quedó en un lado escuchando la conversación.

- ¿Sabemos dónde está la isla? – Preguntó Miguel.

- Según lo que he podido averiguar, está en algún lugar dentro de este cuadrante – dijo Dante señalando una zona en un mapa de una de sus pantallas. -pero sigue siendo demasiado extenso para hacer una búsqueda aérea efectiva y los satélites más potentes no escanean esa zona. Tendríamos que delimitarla más.

- No es por ser un idiota, pero has encontrado agujas en montañas de agujas. ¿Cómo no puedes encontrar una isla llena de ricachones pervertidos? – Dijo Miguel.

- Según suben al avión, les obligan a dejar cualquier cosa remotamente electrónica en el aeropuerto. Móviles, relojes, ordenadores... Así evitan que los puedan localizar por cualquier tipo de señal.

- ¿Desconectados completamente en la era digital?

- Incluso desconectan cualquier cosa localizable de los aviones. – Explicó Dante.

- Seguramente no vas a durar cuerdo allí más de 10 minutos. – Dijo Miguel.

- Soy bueno con la tecnología, no adicto a ella.

Miguel se rio.

- Si tú lo dices. Entonces ¿Cómo los encontraremos nosotros? – Dijo Miguel.

-Ya lo tengo cubierto. Iremos como clientes.

Dante puso encima de la mesa un collar de cuero negro con una cerradura y una pulsera a juego con una pequeña llave.

-Bonitos. ¿Gps?

-Mejor. Es Kurama. En un principio es indetectable, pero por si tienen algún tipo de sistema de localización del que no tengo conocimiento, la activaré una vez que encontremos al niño y a partir de ese momento, será como si estuviéramos en esta misma sala.

- Eso es genial. Tener a Kurama de nuestro lado será una gran baza.

- Si vamos como clientes, sabes lo que significa ¿Estás de acuerdo?

Miguel lo pensó durante un par de segundos y asintió. Había cosas que no era necesario darles vueltas.

Dante cogió la pulsera con la pequeña llave y se la puso en su muñeca.

- ¿Alguna idea de donde está el niño? – Preguntó Miguel.

- He conseguido los planos de la empresa que construyó el recinto hace 10 años y puede que hayan hecho obras desde entonces, pero no tenemos nada mejor. –Dijo Dante poniendo la imagen en la pantalla. - El lugar es enorme y no va a ser fácil, pero si yo tuviera un esclavo sexual, me aseguraría de tenerlo aislado, pero no lo suficiente como para que sea inconveniente llegar a él.

Dante señaló un edificio cercano a la construcción principal en el plano.

- Aquí.

- Si es así, sería entrar y salir. – Dijo Miguel.

- No creo que sea tan fácil. Esos tipos saben lo que hacen y si no lo encontramos en ese edificio, podemos tardar semanas en revisarlo todo.

- Semanas follando como conejos en un paraíso de lujo... Si no estuviera la vida de un niño en juego, suena incluso divertido.

La protección de un DragónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora