Parte 20

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- No pienso hacerlo. – Dijo Valen mirando el inyector que había en la mesa como si fuera un monstruo de 3 cabezas dispuesto a devorarlo.

- Ya te lo he dicho. Nadie te va a obligar, pero estaría más tranquilo si supiera que te puedo localizar rápidamente si sucede algo. – Dijo Dante.

- ¿Y que se supone que va a suceder?

- He identificado a los propietarios de la isla, y están bajo custodia hasta que los juzguen, pero no soy tan idiota para pensar que los he atrapado a todos. Esos tipos saben cubrir bien sus huellas y necesito tiempo para encontrarlos, y hasta que eso pase, me gustaría poder manteneros a salvo.

- Creía que estábamos a salvo aquí.

- Y lo estáis, pero en algún momento querrás salir de la casa. Ir al supermercado, quedar con amigos...

- No tengo amigos con los que quedar y aquí tengo todo lo que necesito para vivir.

- Solo piénsalo ¿De acuerdo?

- He dicho que no quiero.

- Piénsalo un poco más. – Le dijo Dante con paciencia. - Los niños y yo vamos ir al parque un rato. Podemos hablarlo cuando vuelva.

- ¿Por qué tienes que sacarlos de casa? Aquí tienen todos los juguetes que quieren, y si quieres que salgan, tienes un jardín enorme donde pueden correr.

- Pero estarían solos jugando.

- Pueden jugar con Oscar y conmigo.

- Tienen que aprender a relacionarse con otros niños de su edad y el parque al que vamos está cerca del colegio al que irán el próximo curso. Sería bueno para ellos que vayan conociendo a niños de su edad.

- No lo entiendo. Me dijiste que podíamos quedarnos aquí, y que no teníamos que hacer nada.

Dante suspiró.

- Os podéis quedar aquí, pero no voy a permitir que os escondáis porque tenéis miedo al exterior.

- ¿Y por eso quieres pincharme un localizador?

- Que quiera que tengáis una vida normal, no significa que no haya peligros allí fuera. Solo quiero que estéis seguros.

Javier vio salir a Valen enfadado del salón hacia la parte trasera del jardín, y pasó junto a él sin mirarlo.

Entro al salón y vio el inyector del GPS en la mesa junto a Dante.

- ¿Lo has oído? – Preguntó Dante.

- Como para no hacerlo.

- Esperaba poder convencerlo... Pero supongo que es normal que no quiera que le inyecten nada después de todo lo que le hicieron allí sin su consentimiento.

- ¿Tienes miedo que lo secuestren como a Oscar por estar relacionado contigo?

- No solo eso. Al parecer, Valen era muy popular entre algunos clientes de la isla... Y he encontrado indicios de que uno de ellos está intentando localizarlo.

Javier lo miró con los ojos muy abiertos.

- Aquí debería estar seguro, pero... No quiero correr riesgos.

- ¿Por qué no se lo has dicho? No es un niño. Seguro que lo entiende.

- Ya has visto que no tiene intención de salir de aquí, ni si quiera pensado que no hay nadie buscándolo. Si se lo digo cuando no estoy seguro de que vengan a por él, solo lo estaré asustando más por nada y yo quiero tenga una vida feliz y normal cuanto antes.

La protección de un DragónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora