¿Angel caído?

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Sentí el aire frío pasar por mi cuerpo, una caída larga fue lo que experimente, caía con fuerza mientras que mis alas se desbarataban y se volvían oscuras, tenía un gran dolor en mi pecho, sentía mi cabello chocar con mi cara por el fuerte viento.

Eso se acabó al sentir un suelo caliente y rojo chocar con mi cuerpo.

No tenía fuerzas, mi cuerpo pesaba y mi espalda dolía y ardía como la mierda.

Trate de levantarme pero perdía el equilibrio al tratar de caminar, mis alas estaban débiles y estás eran el equilibrio de mi cuerpo gracias a estás caminaba con normalidad.

Me arrastre como pude a un callejón, ya que no quería que nadie me viera, me daba vergüenza que me vieran.

Al estar lo suficiente lejos de las ciudad me hice bolita en la esquina del callejón.

No podía creer lo que me había pasado, en mi cabeza solo pasaban las mismas palabras "eres mi gran decepción Haniel"

Dios me había castigado de la peor forma posible, me había humillado frente a todos los angeles, los eternos se rieron de mi, el cielo se burló de mí, me repetían hija del pecado y escoria de la lujuria.

Yo no creía que eso fuera capaz, Dios me quitó mi luz divina y quitó mi puesto de eterna, sus palabras no dejaban de sonar "Eres igual a ella" "te dejaste llevar por el pecado" "tu castigo será ser el peor que allá tocado el infierno"

Tenía miedo, inseguridad por mi apariencia, no sabía que eso existía, durante años alabaron mi belleza y codiciaban, me hacían sentir bien.

Ahora sentía asquerosidad de mi apariencia y miedo de ser vista, me castigo era sentir lástima por mi y sentirme insegura de mi propia belleza.

Cerre mis ojos, no se cuánto tiempo me quedé dormida mientras me hacía bolita en el suelo, pero desperté por unas voces que provenían del inicio del callejón.

-¿Que es vaggie? ¿Es una chica?-era una chica la que hablaba.

-Creo que si...pero tiene alas.-escuche como se sorprendían.

-¿Un angel caído?-dijo sorprendida, escuché como caminaban hacia mi.

-Otro Angel, esto no había pasado en millones de años.-comento la voz más grave.

-Sera alguna equivocación.-sentí como tocaban mis alas pero al instante gruñe molesta.

Quite mis alas que cubrían mi cuerpo mirandolas fijamente-¡Déjenme en paz!-me moví a la otra esquina, las chicas se asustaron.

Eso me hizo sentir peor, les asustaba.

-¡Por todos los demonios! ¿Eres un Ángel?-preguntaron acercándose otra vez a mí.

Sentí mucha molestia, mi cuerpo reacciono de golpe moví mis manos haciendo que el suelo se rompiera.

-Dije, ¡Déjenme en paz! ¡No ven que soy horrenda!-me cubrí todo lo posible con mis alas.

Se quedaron calladas-No creemos que lo seas, nosotras podemos ayudarte.-mencionaron con cierta sinceridad, pero eran demonios tanto tiempo viéndolos que sabía que no eran de fiar.

-Ustedes son demonios, ¿Cómo podría confiar en ustedes?-las mire por la ranura que había echo con mis alas.

Una de las chicas pareció molestarse, pero la otra le dió una mirada reconfortante y se acercó a mi con cautela.

-Somos personas en las cuales puedes confiar, tenemos un lugar en el cual podemos ayudarte a redimirte y dónde podrás tener un hogar, a lo que veo eres nueva aquí, no tienes donde quedarte.-esta chica parecía buena, cosa que me dió confianza con solo sus tres primeras palabras.

𝐃𝐄𝐕𝐈𝐋Donde viven las historias. Descúbrelo ahora