𝐃𝐄𝐕𝐈𝐋

Una noche inolvidable

El día fue agitado, tantas peleas, mal entendidos y algunos disturbios por parte de no invitados.

Algunos invitados fueron corridos por el anfitrión del hotel, por fin los problemas Daddy issues se arreglaron, pero faltaba algo.

La linda y secreta pareja de los encargados del hotel seguían sin arreglarse.

Cada uno de los hospedantes se fueron a sus cuartos, ya era noche así que ya dormían, menos dos personas.

Ambos demonios daban vueltas por la cama sin poder conciliar el sueño, los demonios necesitaban arreglar sus cosas si no, no podrían dormir.

Pero el orgullo de la joven demonio era más fuerte, así que el ciervo debería tomar la iniciativa.

Unos silenciosos y firmes pasos sonaron por los pasillos del hotel, el ciervo caminaba apresurado al cuarto de su amada, no quería dejar pasar más tiempo.

Era de noche y lo sabía, no importaba si la despertaba pero necesitaba hablar con ella.

Llegó a la puerta de la chica y uso su sombra para entrar a su cuarto.

Al estar adentro camino hasta su cama, viendo las cortinas abiertas de su cuarto.

La joven demonio no estaba dormida, miraba desconsolada el rojo cielo de la noche, su orgullo era demasiado fuerte   no podía ir a buscar a su amado.

Suspiro pesada, se giró sobre su cama tratando de buscar una forma en la cual estar cómoda, pero al girarse pido divisar al fondo una silueta delgada, sonrió.

—Cariño...ven amor.—alzo la cobija para que el se metiera a su cama, el joven no lo dudo y camino hasta ella.

Al tocar la cama de la joven no tardó en abrazarla, ella lo termino de cobijar.

—Lo siento, no debí tratarte así hoy, me comporté como un patán.—escondió su cara en el pecho de su amante.

Ella sonrió de lado abrazándolo con amor y acariciándolo.

—Yo también lo siento, no debí dejarme toquetear por Lucifer y retarte de esa forma.—susurro en su oído cerrando los ojos.

—Se que hice mal, tu no deberías pedir perdón soy yo el que debería, tu te veías realmente sexy retandome.-saco su cara del pecho de su pareja para sonreír picarado.

La chica se sonrojó—Eres un sin vergüenza Alastor, te quiero demasiado amor de verdad perdóname.—se aferró a él.

Las manos de la demonio no dejaban de acariciar al ciervo.

El joven quitó su cabeza del pecho de su amante para así besarla, ella correspondió sin problemas, el beso era fuerte y seguro como si ese beso dijera lo mucho que se amaban.

Las mordidas de parte del varón no se hicieron esperar, sacando sangre de los labios de la chica, el saboreaba la sangre de su amada como un loquito.

El varón no tardó en meter la lengua a la boca de la chica, empezando una guerra dentro de estás, el cuerpo del ciervo fue posicionandosé arriba de la demonio.