Capítulo 18 Escape

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Capítulo 18 Escape

Anna, después de salir de la recámara donde se hallaba su hermana, se dispuso a buscar a Hans para reclamarle lo que sea que le haya dicho a su hermana, porque estaba segura de que él era responsable del estado actual de Elsa.

—En cuanto lo vea le voy a sacar los ojos —se decía para ella misma mientras recorría los pasillos.

Lo buscó en su recámara y no lo encontró, entonces pensó que tal vez estaba reunido con el Concejo haciéndose la víctima y haciendo quedar mal a su hermana, así que con paso decidido se dirigió allí, pero su sorpresa fue mayor cuando lo observó salir de ahí acompañado de Kristoff y lo que más le llamó la atención fue que Kristoff no estaba molesto y mucho menos con ganas de querer arrancarle la cabeza al príncipe.

—¿Me pueden explicar qué está pasando aquí? —los señaló.

Kristoff se cruzó de brazos sonriendo y Hans soltó un gruñido cuando el joven le dio un codazo en las costillas como si ya no fueran enemigos.

—Oh, lo siento —dijo Kristoff riendo leve.

Anna le miró confundida y Kristoff se apresuró a guiar a Anna y Hans a una habitación vacía donde pudieran hablar.

Hans entró recargándose en las paredes hasta que para su alivio se sentó en un sofá ante la vista ahora preocupada de Kristoff.

—¿Seguro que…?

—Sí —gruñó molesto el príncipe y esquivó la mirada interrogante de Anna.

—¿Alguien quiere decirme qué está pasando aquí? —reclamó Anna.

—Resulta que nuestro príncipe estelar —empezó Kristoff y Hans rodó los ojos mientras se abrazaba a sí mismo y jalaba una de las mantas que estaba en el sillón. Tenía ganas de responderle de una manera sarcástica, pero el esfuerzo al que se había sometido minutos antes lo había dejado agotado y debía recuperarse para lo siguiente que debía hacer.

—Continúa —dijo Anna desesperada.

—Resulta que habló con el Concejo y les dijo que lo de Elsa fue un accidente y además habló con los ciudadanos —ahora escuchaba eso totalmente escéptica—, en resumidas cuentas, exoneró a Elsa de toda culpa por su condición.

Anna dirigió su mirada al príncipe en busca de una explicación y él desvió la mirada al piso, no tenía ganas de darle explicaciones a nadie y mucho menos a esa princesita.

—¿Él hizo que? —preguntó extrañada.

Kristoff asintió sonriendo.

—Pero, cómo era de esperarse no todos estuvieron de acuerdo —Anna volvió a centrar su atención en él—. Y hay unos cuantos alborotadores entre la gente del pueblo y los están incitando a linchar a la reina y estamos seguros que el duque de Weseltonio aprovechara la oportunidad —ella ahogó un grito de sorpresa—. Así que ahora hemos pensado en otra cosa.

—Wow, wow —dijo Anna—, más despacio… me pierdo unos minutos y ustedes ya están armando todo un plan.

Kristoff le guiñó el ojo.

—Las cosas que se hacen por amor.

—¿Qué amor? —dijo ella curiosa y el príncipe sintió la mirada del montañés sobre él así que se aclaró la garganta.

—Podrían dejar de hablar tonterías y ocuparnos de lo que nos atañe. No sé ustedes pero yo no tengo todo el día.

—Oh cierto —dijo Anna mirándolo con lástima—. Bueno soy todo oídos ¿cuál es el plan?

El Frío de tu corazón (Helsa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora