Capítulo 22

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Capítulo 22

Todo se tornó oscuro para Hans cuando su corazón congelado se rindió, levemente escuchó la voz de Elsa llamarle con desesperación, pero la oscuridad le consumía, sentía que flotaba en un lugar extraño, completamente oscuro, allí no había nada. Solo oscuridad. Una oscuridad profunda que le desesperaba.

No obstante, pronto pequeños fragmentos de su vida aparecieron frente a él y se vió a sí mismo como el joven príncipe de las Islas del Sur, sentado en el calabozo leyendo su libro favorito y soñando con tener una familia que lo quisiera y lo apoyara. 

Vió la primera vez que se rebeló a su padre y este le castigó. Observó también cuando decidió vengarse de sus hermanos, particularmente de su hermano mayor, en esa ocasión se escabulló en los establos y ensilló mal su caballo causándole así un accidente que lo dejó en cama casi por un mes. Vió como su joven rostro estaba extasiado de gusto. Y aun podía recordar esa sensación de satisfacción y regocijo cuando lo hizo pagar por sus malos tratos y nadie lo descubrió.

Pero sus recuerdos ahora se centraban en Arendelle. Cuando planeó su venganza, cuando analizó cada uno de los escenarios posibles por si su plan fallaba, y ahora podía reírse de ello, nada lo había preparado para enfrentar los poderes de hielo de la reina. Luego, se vió a sí mismo llegando a Arendelle, sonriendo falsamente a Anna e imaginando como la corona sería suya luego de deshacerse de las hermanas. Se vio a sí mismo riendo con arrogancia, solo esperando el momento adecuado para actuar sin importarle nada ni nadie.

En ese momento es que se daba cuenta de su cambio, antes solo era un arrogante, egoísta que solo pensaba en sí mismo y en cuanto las personas podían servirle para sus fines. Pero sin quererlo ella trajo de vuelta esa parte de Hans que creía ya extinta, esa parte aún sin corromper.

Ahora lo tenía claro, la quería a ella. Ya no quería la corona. Eso ya no tenía significado para él. Solo quería ver de nuevo su sonrisa, sus hermosos ojos azules, su risa, su voz, la forma en que lo miraba cuando no estaba gritándole. Esas eran las cosas que ahora le importaban y a la vez lo hacían sentir terrible porque sabía que nunca más podría volver a verla.

Los recuerdos siguieron y no podía sino sentirse avergonzado por sus pasadas acciones. Incluso vio su muerte y el rostro lloroso de Elsa justo antes de que cerrara los ojos. 

No, esto no puede ser. ¡Esto no puede estar bien! ¡No puede estar pasándome!

Gritó a la nada, a la oscuridad.

 ¡No me puedo morir! ¡No puedo, no puedo! ¡Acabo de encontrar algo por lo que vivir!

Gritó y gritó, no supo por cuánto tiempo hasta que escuchó como una voz que gradualmente se hacía más fuerte y lo llamaba desde una lejana oscuridad, era la voz de Elsa, sonaba angustiada, llorosa.

Sin embargo, el eco de esa voz poco a poco se fue alejando y él se sintió vacío al verse privado de esa dulce voz. Pasaron segundos o tal vez minutos no lo sabía con certeza pero de la nada sintió algo calentar su cuerpo, lo que le intrigó porque hasta donde él entendía estaba muerto, no tenía un cuerpo, no tenía nada, estaba en un limbo o eso creía.

Entonces, ¿De dónde venía esa sensación? 

Sintió como toda esa calidez se extendía por todo su cuerpo y la oscuridad poco a poco se disipaba ante sus ojos. Abrió lentamente los ojos y estaba de nuevo allí en esa sucia caverna, en los brazos de Elsa, sus pulmones se reactivaron de nuevo, respiró profundamente y la vio allí llorando por él.

¿De verdad está llorando por mi?

—Elsa —murmuró con voz débil, aún se sentía ajeno a su cuerpo y su corazón latiendo a gran velocidad no le estaba ayudando.

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⏰ Última actualización: Sep 30 ⏰

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El Frío de tu corazón (Helsa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora