32. La Madriguera

39 2 0
                                    

- Aquí tengo los polvos flu.- Indicó la madre de Ron.

- ¿Polvos flue?- Pregunté sin comprender lo que la señora decía.

- Polvos flu.- Corrigió, Hermione.- Sirven para trasladarse de un lugar a otro.

- Correcto.- Contestó el padre de Ron.- Solo tenemos que ir a una chimenea cerca, ahí, nos meteremos en ella con un poco de polvo en la mano. Luego, tienes que tirar el polvo y decir "a La Madriguera".

Que fácil, en mis sueños, eran demasiadas indicaciones, pero lo voy a lograr.

El camino hasta poder llegar a un lugar en el que haya una chimenea fue largo. Habíamos entrado a una pequeña casa, que parecía vieja y abandonada, pero por dentro, había varias chimeneas, de las cuales, entraban y salían personas.

- Tenemos que hacer fila.- Indicó el señor Weasley.

A todo esto, no le había preguntado el nombre al padre de Ron, seguro que parecí una desubicada.

- Perdón, que no lo pregunte antes, señor Weasley, pero ¿cómo se llama?- Le pregunté con temor de que me dijera algo Molly, quien me miraba con una cara de desprecio.

- Arthur.- Contestó.- Por favor, chicos, entren en las chimeneas, pero antes agarren el polvo.

Primero, fue Ron, luego Hermione, y después Harry. La siguiente, era yo.

Sujete un poco de polvo que había en un recipiente, era algo pequeño y se me salían por los dedos.

Caminé hacia la chimenea, y entré. Tiré los polvos flu, y rápidamente dije:

- ¡A La Madriguera!

Pude sentir un pequeño mareo, veía como las siluetas de Arthur y Molly desaparecían, y me encontraba en un lugar lleno nieve.

¿Llegue al lugar indicado? Fue lo primero que me pregunté, no estaba segura de estar allí, no veía a los chicos.

Pero unos metros más adelante, ví una gran casa, algo vieja, y de siete pisos. También, bastante maltrecha, logrando permanecer de pie solo a través de magia (o eso creo).

Caminé hasta allí, y entré, pude ver a Hermione, Ron y Harry hablando y viendo por las ventanas. Ginny, estaba desempacando algunas cosas.

- Aquí estoy.- Dije mientras apoyaba mi bolso en una silla de madera.

- ¡Tn!- Hermione, corrió rápidamente a abrazarme.- Pensé que te había pasado algo grave.

- No, estoy bien.- Dije mientras le soltaba el cálido abrazo.

- Este lugar es muy acogedor, tiene un ambiente cómodo y relajado.- Dije soltando un alago a la casa de los Weasley.

- Es humilde, pero es mi hogar.- Contestó Ron.

- No importa si es una gran mansión o una casa pequeña, Ron. Tu hogar es maravilloso.- Dijo Harry, intentando alegrar a Ron.

- Hoy cenaremos afuera.- Comentó Ginny.- Mamá quiere que nos conozcamos todos mejor.

- Quiero conocer a tus hermanos, Ron.- Dije mientras me acercaba a él.- ¿Dónde están?

- Bill y Charlie, seguro en su cuarto, Percy en el trabajo. Fred y George deben estar vendiendo en su tienda.

- ¿Tienda?- Pregunté confundida.- Pensé que estudiaban.

- ¿Estudiar?- Dijo Hermione con tono chistoso.- Fred y George, nunca estudiaban, solo iban a Howgarts para divertirse. Siempre pensé, que tendrían que haber pasado sus años más tranquilos, como nosotros.

Un amor imposibleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora