Capítulo 14

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Tokio

Esperar es complicado, requiere de mucha paciencia y Checo solo quería soltar del avión para ver a Max. Se aproximaban a Tokio, Japón para el honda day, un evento en el que los pilotos de red bull y alpha tauri debían participar, era como un rally donde habría una serie de actividades. Daba igual, Checo solo quería ver a Max. 

En cuanto tocó tierra vio el aeropuerto ansioso, Max llevaba esperándolo cuatro horas en el aeropuerto, no es como que Max se fuera mover de ahí pero estaba hecho un manojo de nervios. Desde la última vez que se habían visto la situación había cambiado, era más fuerte, las cosas parecían ser más claras y había sentimientos indescriptibles para Checo. Se apresuro a cruzar migración, espero desesperadamente su maleta y cruzo mil pasillos para llegar hasta la terminal de salida. Sentía que nunca iba a llegar a la salida. 

Una vez cruzando la puerta buscó el cabello rubio de Max entre tantas personas, se abrió paso entre la gente y justo cuando estaba a punto de llamarlo Max apareció detrás de él. Lo contempló un minuto, sino es que más. No sentía que fuera real. Max se veía diferente, quizá estaba más delgado, su cabello estaba más despeinado de lo normal pero se veía demasiado bien. Algo había cambiado de Max ante los ojos de Checo y no sabía bien que era.

Max intentó decir algo pero solo salieron palabras torpes de su boca, Checo se rio tímido al ver que Max también estaba nervioso. El no verse por unas semanas hacía que todo se sintiera diferente en un buen sentido.

—Has tardado una eternidad—por fin dijo Max.

—Solo lo necesario—contestó Checo con un guiño. Le salía tan natural.

—Igual te hubiera esperado todo el tiempo del mundo— se encogió de hombros.

A Checo le dió un impulso de darle un pequeño beso, pero era imposible hacerlo entre tanta gente. Simplemente no se podía. Así que solo le toco el hombro como muestra de cariño.

—Yo también te extrañé Max.

Salieron al estacionamiento donde una camioneta ya los estaba esperando para partir camino al hotel. Max ayudó a Checo a subir las maletas a la cajuela. Los dos tenían una mezcla de emociones acumuladas y buscaban pasar un rato a solas, aunque solo fuera para platicar y el camino al hotel iba a ser perfecto. Justo cuando la camioneta iba a arrancar, el chofer se detuvo en seco. Checo soltó un suspiro, seguro era una falla técnica. La puerta se abrió de par en par y Max se sobresaltó. Sin previo aviso Christian apareció.

¿Qué demonios hace Christian aquí? Pensó Checo. Había planeado llegar un par de horas antes que el evento para pasar tiempo con Max, no con  Christian. Se supone que él los iba a ver en el lugar del evento. Demostrándole a ambos que era el jefe se subió en la camioneta y tomó asiento al lado del Max. Definitivamente Max ya se había puesto incómodo. Checo analizaba cada movimiento de Christian cuidadosamente.

—¡Chicos!—dijo Christian cuando la camioneta comenzó a avanzar, de verdad se veía feliz de verlos, pero ellos a él no.

—Que sorpresa— dijo Max con una risa nerviosa.

—Lo se, lo se— respondió Christian satisfecho— pero en cuánto supe que iban a llegar hoy cambié mi vuelo que salía ayer para aprovechar y estar con ustedes.

Se veía que Christian los quería como si fueran sus hijos más que verlos como compañeros de trabajo.

—¿Cómo supiste que íbamos a estar aquí?—dijo Checo algo preocupado. Que tal si Christian había visto cosas que no tenía que ver.

—Yo se todo, soy su team principal.— Christian soltó una risa y ambos le siguieron la corriente.

No podía ser. Es que nunca iban a tener privacidad así. Los secretos que se venían por guardar iba a ser cada vez más difíciles. Checo sintió el roce del dedo pequeño de Max en su mano, ojalá nunca la moviera de ahí, se sentía reconfortante. Max le dirigió una mirada discreta en lo que Christian contaba como había pasado las últimas escalando montes en Inglaterra. Después de media hora llegaron a un hotel que estaba en la periferia de la ciudad y cerca del autódromo. Checo abrió la puerta para salir de la camioneta, sintió algo de paz al llegar y saber que Christian iba a ir a su habitación, pero Christian estaba lleno de sorpresas.

—Bueno Checo tu bajas aquí. Max, tu y yo iremos al autódromo.

Checo los vio confundidos, como si Max supiera algo.

—¿Cómo por?—Max se dirigió a Christian con un tono de sorpresa.

Christian le explicó que no había firmado unas drivers cards que le habían enviado y ahora tenía que hacer todo el trabajo, ah sí, típico de Max, dejar cosas como esas al último.

—¡Bye Checo! Nos vemos al rato— Christian no parecía perder el ánimo. Max le dirigió una mirada de auxilio a Checo, pero no podía hacer nada.

Checo bajó su maleta y la camioneta se fue en un abrir y cerrar de ojos. Era muy temprano por la mañana y quedaba tiempo, pero ya no estaba Max para estar con él. No pudo evitar sentirse decepcionado de que sus planes hubieran fracasado.

Durmió toda la mañana hasta que la alarma sonó, pues sin Max a su lado no había mucho que hacerse vistió decentemente o sea se puso una chamarra de red bull y unos jeans y se dirigió al lobby del hotel. Vió a Daniel Ricciardo esperándolo. Bueno al menos tenía una buena compañía para el camino, más que buena compañía era una compañía chistosa.

Los llevaron al circuito donde se realizaría el rally, ya todo estaba lista y Checo volvió a sentir los nervios de ver a Max. Pero en cuanto llegó un grupo de personas se encargó de explicarle toda la dinámica y pasearlo de lado a lado, dejándolo sin oportunidad de ver Max, era una situación desesperante. La primera actividad era una carrera de karts y tenían que llevar su traje de carreras. Así que Checo entró a un cuarto para cambiarse.

Sospechaba que el día iba a ser largo y las posibilidades de ver a solas Max iban a ser nulas, ya, había pensado mucho en eso pero de verdad le frustraba. Eran días en los que esas responsabilidades de ser piloto eran tediosas. Se colocó la playera de licra que va antes del traje y cuando llevaba el traje a la cintura, la puerta se abrió de golpe.

Checo se quedó inmóvil. Era Max.

—Oh por Dios este día ya duró mucho—Max entro como si nada la habitación hasta ponerse frente a Checo.

Checo sintió un gran alivio a ver a Max.

—El mío acaba de empezar.

Max le dedicó una sonrisa tierna. Ya estaba vestido con el traje de carreras.

—Entonces, hola.

Checo soltó una risita y acercó la mano hasta donde estaba la mano de Max, esta vez Max no hizo ningún movimiento vacilante y decidio le tomó la mano a Checo. No la soltaron.

—Hola Maxie— Checo le dedico la sonrisa más dulce de todas al pronunciar esas palabras.

Max se sonrojo al escuchar el Maxie por primera vez en persona. Al estar ahí Checo quería llevarse a Max a todos lados y no soltarlo nunca más.

Fine Line || Chestappen F1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora