Capítulo 41

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Checo espero y espero, no hizo nada más que esperar, pero realmente ¿Qué estaba esperando? ¿a qué todo mejorará por arte de magia? No podía hacer eso, pero tampoco podía actuar, todas las cartas jugaban en su contra. Intentó llamar a Max, pero ninguna contestó, incluso se preguntó si Max sabía que esto iba a pasar desde un principio. 

Con los ánimos al piso marcó el número de Christian, más bien, decidió devolverle las llamadas, no estaba preparado para lo que fuera que fuera a decir, nadie lo había preparado para esto a pesar de haber sido una amenaza constante en los últimos meses. 

―¡Checo!―Christian respondió al otro lado de la línea telefónica―Joe lo ha logrado, pensé que nunca lo haría, pero me he equivocado.  

Christian sonaba bastante relajado como para lo fuerte que era la situación.

―Creo que ha sido mi culpa―Checo en cambio, sí sonaba con la respiración agitada―el otro día lo he visto y me ha amenazado―entonces contó como Joe lo había hecho elegir entre el campeonato y Max. 

―No creo, tarde que temprano lo iba hacer, es Joe―dijo Christian manteniendo su tono suave y tranquilo―No te preocupes, he llamado porque he contactado a los de relaciones públicas y bueno, tu y Max tienen de dos opciones, número uno admiten todo esto y nos evitamos que la FIA investigue el monoplaza, número dos, lo niegan todo pero esta vez de verdad terminan. 

―¿No hay tercera?

―Ojalá pudiera hacer más―se lamentó Christian. 

―Tengo que ver a Max y...―la mente de Checo comenzó a dar vueltas, porque para empezar no sabía donde estaba Max, también le preocupaba que la FIA investigara el monoplaza, o que Joe actuara de mil manera peores. 

―Se que esto es mucho para digerir, lo único que te pido es que no te aparezcas por ningún lado hasta el gran premio de Austin. 

De alguna forma, Christian sonaba más a un amigo que a su jefe, y quizá sí lo era porque entre tanta gente él era el que se había quedado a su lado después de la montaña rusa que había sido esta temporada. 


Checo se ocultó toda la semana en casa de Carlos Sainz, no contestó mensajes ni llamadas, Max tampoco se apareció y por más miedo que tuviera que Joe le hubiera hecho algo, no se atrevió a buscarlo. Checo pasó siete días sin ser descubierto por nadie, a pesar a de eso, la prensa seguía publicando y publicando rumores acerca de su supuesto noviazgo, Christian le decía que no se preocupará pero Checo no pudo dormir, incluso llegó a tener pesadillas. Y así pasaron los días, todo siguió igual, nada mejoró.


Entonces llegó la fecha del gran premio de Austin, Texas, y no había manera de evitarlo, Checo y Max tendrían que enfrentar al mundo, aunque Checo sentía que estaba solo en esto, en cuestión de días todo se había salido de control. Caminaba por el paddock con la cabeza baja, su manager lo acompañaba con cada paso que daba y ahuyentaba lo más posible a la prensa, sin embargo, Checo no pudo evitar oír los murmullos que sonaban a su al rededor, hablaban de él y de Max, era el tema de la semana. 

Cuando llegó a su garaje todos le dirigían miradas extrañas, como si fuera un bicho raro, otros le dedicaban miradas de apoyo pero con una lastima indiscutible, es como si en días hubiera dejado de ser él y se convirtiera en otra persona. Lo peor era que sabía que no estaba haciendo nada malo, pero parecía que hubiera matado a alguien y todos lo culparan por lo sucedido. 

Antes que empezaran las primeras practicas, Christian se acercó a él, se veía que mantenía la calma pero Checo sabía que iba a explotar en cualquier momento. Checo se sintió un poco mejor al verlo, pues era el único que no lo veía de manera rara. 

Fine Line || Chestappen F1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora