Capítulo 17

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A la mañana siguiente tomaron un vuelo directo a México, Max le pidió a Christian que le ayudará a distraer a su papá un rato, Christian estaba feliz de ayudar. Checo no le había explicado mucho del plan a Max, pero realmente no estaba preocupado iba a dejarse llevar sin más. A Max le emocionaba estar con Checo fuera de las carreras, del estrés, de estarse ocultando de las cámaras, quizá podían tener una vida más normal.

Habían aterrizado en la ciudad de México un sábado, Checo lo llevo a comer, pasear por la ciudad y le presentó a sus amigos aunque era más cercano a su familia, Checo era un tanto introvertido. Checo tenía un departamento en Ciudad de México así que cuando no tenían nada que hacer estaban ahí todo el día. Veían películas, jugaban uno que otro juego de mesa, Max hacía el intento de cocinar pero al final siempre terminaban pidiendo comida a domicilio, los días eran tranquilos y pasaban sin que se dieran cuenta, vivían en una pequeña burbuja libre del caos. Un domingo Checo llevó Max al estadio para ver partidos de fútbol de la liga mexicana, lo cual le parecía a Max muy divertido, la gente gritaba y se emocionaba aunque su equipo no metiera gol, había algo caótico en no ser los protagonistas. 

—¿Y entonces si gana ya son campeones o como?—dijo Max mientras daba un sorbo a su cerveza. Entendía perfectamente el futbol, pero le gustaba ver como Checo se emocionaba por explicarle el futbol mexicano.

Checo estaba concentrado en el partido. Max a decir verdad se había perdido un poco.

—No aún no, tienen que ganar sobre 3 goles para pasar a la siguiente ronda— Checo le presta atención por un segundo a Max y vuelve a gritar cosas sin sentido enfocado por el partido. 

Max observa como los jugadores de playera amarilla corren a la derecha, mientras que los de playera blanca con rayas rojas intentan quitarles el balón, luego el balón vuela por los aires y anuncian un tiro de esquina. El partido se está haciendo eterno, Max solo procede a seguir tomando cerveza. Checo le va a los de amarillo y le ha explicado a Max que es el mejor equipo en la liga mexicana, a Max todos le parecian igual. Definitivamente no es su deporte favorito. 

Entre el bullicio se hace un silencio muy largo, un jugador del equipo contrario patea el balón directo a la portería, el portero tiene manos de mantequilla y el balón entra directo a la portería. Se escucha un "¡GOOOOOOL!" en todo el estadio, los que están del otro lado aplauden y vitorean a su equipo. Checo se queda en silencio claramente decepcionado por su equipo, le da un sorbo largo a su cerveza y toma asiento. El animo ha decaído de este lado del estadio, en cambio Max toma asiento como si nada pasara.

—Todavía falta tiempo—intenta animar a Checo.

Checo no dice nada. Tiene el ceño fruncido y la mirada fija a la cancha. Max rueda los ojos, no hay nada que pueda hacer.  Aún quedaba media hora de partido pero todos parecían haber perdido la esperanza, al cabo de diez minutos otro gol cayó en contra para el equipo favorito de Checo. Se deprimió aún más. Max recargó su cabeza en el hombro de Checo, aquí era más fácil demostrar cariño, todos los demás estaban en lo suyo. 

—Si jugáramos futbol ya hubiéramos ganado.—Max le dirigió una mirada tierna a Checo aunque él estuviera viendo a otra parte— yo tengo la inteligencia y tu la fuerza, haríamos un buen equipo. 

—Es cierto— se encogió de hombros haciendo un gesto gracioso— aunque técnicamente soy el del cerebro y la fuerza...

Max se alegró que Checo ya no estuviera concentrado en el partido porque a eso pasó iba a terminar deprimido toda la semana.

—Cierto pero yo tengo la personalidad y la sonrisa ganadora— Max le dedicó a Checo la sonrisa más falsa de todas. 

Checo soltó una risa traviesa al ver la cara de Max, negó con la cabeza divertido.

—¿Eso fue una risa?— Max se enderezó, al fin Checo ya no estaba de mal humor— ¿Hice reír a Sergio Pérez?

Ya ninguno estaba prestando atención al partido, al fin y al cabo ya no tenía mucho sentido. Max abrazó a Checo y se quedaron ahí por unos minutos, era difícil describir todo lo que estaba viviendo Max estos días. Sentía que estaba viviendo otra vida. Estaba lejos de casa pero no lo sentía, día a día la situación se sentía más común, no tenía dudas ahora que Checo estaba cerca de él. Pero estaba consiente que esto era pasajero, tarde que temprano tendrían que enfrentarse a su trabajo otra vez, los medios, su papá y todo lo que conllevará formula 1. Suspiró ante estos pensamientos, los dejó de lado y se enfocó en el momento. 

Antes de que terminará el partido Checo tomó la decisión de irse y Max simplemente lo siguió, salieron por salidas VIP, pues Checo tenía acceso a lo más exclusivo cuando estaban en México, aún así pasaba por bajo perfil ante las personas. Max no tenía que preocuparse de nada. En el estacionamiento subieron al auto de Checo y partieron camino a casa. Últimamente a Checo le daba por manejar en la ciudad. 

Max observaba como Checo manejaba, se veía tan bien, la luces de la calle se reflejaban sobre su rostro y se dejaban ver sus pequeñas pecas. Luego le echo un vistazo a sus manos, quería tomarlo de la mano pero Checo tenía ambas manos al volante. 

—¿Sabes manejar con una mano?— preguntó Max con un tono casual esperando que Checo reaccionará.

—Sí—Checo lo vio extrañado de la pregunta. Y comenzó a manejar con una mano. A veces era lento para captar indirectas. 

Max no dijo nada y se cruzó de brazos resignado a no tomar la mano de Checo durante el trayecto. 

—¿Por qué no dices que quieres que te agarre la mano y ya?— volvió a decir Checo al ver que Max se había puesto serio.

A Max lo tomó por sorpresa y echo a reír inocente. 

—¡Pues porqué no!

—¡Ay no puede ser Max! Se directo. 

De pronto la mano libre de Checo se aferró a la de Max. Max sonrió satisfecho de su trabajo. A decir verdad, le gustaba sacar a Checo de sus casillas, y bueno, en el fondo Checo parecía disfrutarlo.

—Ah por cierto, mañana iremos a Puerto Vallarta.

—Okay me gusta la playa.

—Pasaremos navidad y el resto de las vacaciones ahí— dijo Checo e hizo una pausa— conocerás a toda mi familia.—soltó.

Max abrió los ojos como plato, no estaba listo para eso. 

Fine Line || Chestappen F1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora