Fine Line || Chestappen F1

Aquí termina todo

—Max, despierta—Max sintió unos toquecitos suaves en su hombro.

Poco a poco abrió los ojos, le lastimaba la luz y tuvo que pasarse las manos por los ojos para acostumbrarse a luz blanca del estacionamiento. Inmediatamente vio a Checo sentado junto a él, seguro estaba soñando.

—¿Eres real?—Max no pudo evitar preguntar la pregunta más tonta del mundo—Pensé que nunca te encontraría.

Checo rio levemente, la comisura del labio se alzo y se dibujo una suave sonrisa en su rostro con pecas, a la vez asintió con la cabeza. Max no se contuvo más y se lanzó a los brazos de Checo para darle un largo abrazo, un abrazo que solo daba alguien a quien creía haber perdido, Max seguía empapado por la lluvia pero no le importó, necesitaba a Checo. 

—¿Cómo has llegado aquí?—Checo acarició suavemente la mejilla de Max y alejó su rostro para verlo directamente a los ojos. 

—Han pasado muchas cosas y yo tuve que huir—Max comenzó a explicar, su voz se cortaba poco a poco, como si le diera miedo contar las cosas—no se, no sabía nada de ti, pero recordé que tu departamento estaba por aquí y entonces llovió.

A Max ya no le importaba mucho seguir explicando todo, sentía un alivio profundo al saber que Checo estaba ahí, ni si quiera se preguntaba como había llegado lo importante es que lo tenía frente a él aunque fuera difícil de creer. 

—Shhhh—Checo pasó su mano acariciando el cabello de Max, se sentía tan reconfortante su tacto—unos vecinos te han visto por las cámaras de seguridad y me avisaron, en realidad, mi edificio es el de enfrente—indicó con una seña el edificio cruzando la calle, Max soltó un suspiró avergonzado, pero a la vez agradecido que la gente fuera chismosa. 

—Joe va a matarme—soltó Max repentinamente.

Checo frunció el ceñó, no esperaba eso, pero no pareció alterarse. 

—Okay...que tal si me cuentas más cuando te pongas ropa limpia y comas algo—Checo siguió acariciando su cabello y con la otra mano tomó su mano.

Max asintió con la cabeza y sin mucho que decir ambos se pusieron de pie, Max no había notado que estaba temblando de frío o quizá era la adrenalina, pero estaba bien, porque Checo estaba ahí y quería creer que las cosas iban a ser un poco mejor a partir de ahora. 

Ya dentro del departamento Max tomó una ducha caliente larga, en su mente había una cinta en repetición con la escena de Joe volviéndose loco, un escalofrío le recorría todo el cuerpo al no saber que hacer. El agua caliente se deslizaba entre sus brazos, observaba las gotas bajar a cada segundo sin poder moverse, pocas veces se quedaba inmóvil a causa de sus pensamientos. 

Como pudo, logró salir de la ducha y ponerse la ropa limpia que Checo le había dejado preparada, olía a jabón y a Checo, la camisa de algodón se ajusto a su cuerpo y por alguna razón lo hacía sentir mejor, era como un anuncio que el mal día había acabado, aunque no era así, aún tenía que hablar con Checo, y para él eso era lo que más le costaba. 

Lentamente salió del baño y buscó a Checo por el departamento, lo encontró con la televisión prendida en algún canal de golf, y recostado en el gran sillón gris pegado al ventanal con vista a la ciudad nocturna. Max se deslizó por la sala hasta tirarse en el sillón a unos centímetros de él, Checo le dirigió una mirada torciendo la comisura derecha de su boca.

—No muerdo—dijo Checo.

Max soltó una risa nerviosa, no es que no quisiera acercarse más a Checo, pero hace mucho no estaba a solas con él sin tener una amenaza de muerte por Joe, aunque por le momento probablemente la tenía, pero debía permitirse ser feliz por un rato. El brazo de Checo pasó por la cintura de Max y lo acercó con fuerza a él.