Capítulo 27

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—¡Papá! Llegué a casa—Max gritó al entrar a su casa. 

Después de casi un día entero de viaje había llegado a Países Bajos, no podía estar del todo seguro de estar feliz de haber llegado, pues con su papá nunca se sabía que podía pasar. Quizá lo regañaría por haber pasado la mayor parte del invierno fuera, quizá lo cuestionaría o quizá le daría absolutamente igual. Cualquiera de las opciones, Max debía mentir, revelar su relación con Checo podía ser peligroso.

—¡Ay cielo, donde habías estado todo este tiempo!—la mamá de Max apareció bajando la escaleras. 

Max dio un suspiro largo, por alguna razón estar cerca de su mamá siempre lo hacía sentir mejor. Usualmente no lo acompañaba a las carreras y solía estar un poco más alejada de los reflectores. 

—En México.—dijo Max dándole un largo abrazo.

La mamá de Max esbozó una sonrisa traviesa y sospechosa ¿había alguna posibilidad que supiera lo de Checo? No de ninguna manera, solo eran ideas tontas.

—Bueno, en ese caso tendrás que contarme todo—dijo—¿tienes hambre?

Max ya no vivía con sus papás, de hecho, su casa estaba en Mónaco, era muy feliz ahí, vivía solo y con tres gatos. Pasar a Países Bajos era como volver a ser un niño pequeño, y a decir verdad se dejaba consentir. 

—Claro, unos waffles no estarían mal. 

Pero mentía, ya extrañaba los tacos. 

—Tu papá casi se vuelve loco, todo el tiempo ha dicho que estabas perdiendo el tiempo y deberías haber estado entrenando y blah blah— la mamá de Max decía mientras entraban a la cocina. Tenían una casa enorme llena de luz.—Pero yo te veo de increíble forma.

 Max no había cambiado mucho durante su estadía en México, solo tenía el cabello más largo y despeinado, se había bronceado un poco y tenía algo de barba. De alguna manera tenía un aspecto más relajado. 

—Ah, papá se preocupa demasiado.—Max solo buscaba evadir preguntas futuras sobre su viaje.

—¿Demasiado? Se preocupa exageradamente, yo le dije "Joe deja que el chico sea feliz" ¿Y sabes que ha hecho? Ha hablado con Christian todos los días.—la mamá de Max bailaba de lado a lado en la cocina preparando waffles, Max estaba sentado en un banco pegado a la barra de la cocina. 

Max se tensó al escuchar que su papá lo había estado buscando, por suerte Christian no iba a revelar mucho. 

—Pudo llamarme a mí directamente. 

—Ya sabes como es, quiere tener el control de todo—soltó un suspiro largo, como si desde hace años tuviera un peso encima.—Dijo que te iba a hacer una cena de bienvenido mañana, ya hablarás con él.

Lo último que Max quería era más interrogatorios, pero encontraría una manera, siempre lo hacía. 

—Estoy algo cansado—mintió Max.

—¿De verdad? Yo veo que tienes un brillo especial—su mamá le acercó un plato lleno de waffles—¿Has conocido a alguien?

Max tosió intensamente, el comentario lo tomó desprevenido.

—Mamá...—dijo Max en tono enfadado.

—Lo siento, lo siento, mera curiosidad.—sonrió y el tema quedó en el olvido.

No es que a Max le molestará contarle cosas sobre su vida amorosa a su mamá, pero por obvias razones esta vez no podía decir ni una palabra. Quizá en un futuro sería bueno, por ahora todo era nuevo para él y debía ser cuidadoso.

Fine Line || Chestappen F1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora