30 - Sinceridad

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SUGA

Las semanas pasaron, convirtiéndose en meses y seguía sin saber absolutamente nada de Tn, sólo sabía que estaba bien, al menos eso era lo que papá me decía.

Aún recuerdo la conversación que tuve con él cuando vino por las cosas de Tn, tuve que contarle toda la verdad aunque sabía que lo iba a decepcionar.

SMin: hola hijo - había llegado sin avisar y por suerte me encontró en la casa, llevaba días quedándome con los chicos o en mi departamento porque no quería estar en ese lugar lleno de recuerdos, pero tenía que ayudar a Ha Ri a hacer las maletas de Tn y también debía intentar convencerla de que me dijera dónde estaba cuando lo supiera, pero no tuve éxito.

Sg: hola, ¿cómo les fue? - pregunté más desesperado de lo que quería sonar.

SMin: bastante bien, tanto que Tn se enamoró de una universidad en cuanto supo de su existencia - esa respuesta dolía.

Sg: me imagino... Papá - me quedé procesando si debía preguntarle o no dónde estaba porque tendría que decirle la verdad - ¿me puedes decir dónde se está quedando Tn?

SMin: aunque quisiera no puedo, ella me lo pidió - contestó justo lo que sabía que diría.

Sg: al menos debía intentar - nunca me imaginé que llegaría un momento en el que lloraría frente a papá, pero necesitaba un abrazo y un consejo, así que prácticamente me tiré en sus brazos y lloré como cuando era un niño.

SMin: sé que algo pasa entre ustedes porque ella lloró exactamente igual que tú en cuanto me vió, y aunque no me dijo nada era muy obvio, si quieres contarme con gusto te escucharé - lo tomé aún más fuerte y él me abrazó hasta que estuve listo para hablar.

Sg: perdóname por no saber cuidarla, por haberle hecho daño - le conté absolutamente todo, no me guardé nada, estaba avergonzado, pero no quería y no podía ocultarle algo así.

SMin: ¿de verdad no recuerdas lo que pasó después de que saliste de la fiesta o es que no quieres hablar sobre eso? - negué con la cabeza.

Sg: en verdad no lo recuerdo y algo me dice que lo que pasó en esas horas que tengo perdidas es lo que más daño le hizo, sólo ella puede decirme qué es lo que pasó, pero si no quiere volver a verme no hay mucho que pueda hacer - dije aún entre lágrimas de dolor y arrepentimiento.

SMin: Yoongi debiste poner una denuncia, en esa fiesta te pudieron haber drogado - lo sabía, pero lo único que me importaba era Tn, no lo que me pasó a mí.

Sg: lo pensé, pero no quería hacer un escándalo que metiera en problemas a los chicos o a ti, si se supiera que estuve en esa fiesta todos habríamos salido perdiendo, pero eso no importa ya, y aún cuando me hubieran drogado, le mentí, fui a ese lugar estando consciente y mi comportamiento no tiene justificación - dije avergonzado por todo lo que estaba hablando con papá.

SMin: al menos me alegra que lo sepas, no estoy nada contento con lo que hiciste, yo no te eduqué de esa forma y me sorprende que lo hayas hecho, pero no podemos cambiarlo ya, dale tiempo a Tn, ha sufrido mucho en la vida y seguro que todo esto fue un retroceso en todo lo que había logrado avanzar, pero no es rencorosa, estoy seguro que te podrá perdonar, aunque si no lo hace debes aceptarlo - otra vez llegaban palabras a mí que, aunque eran la verdad absoluta no quería aceptarlas.

Sg: lo sé, por mucho que quiera su perdón, sé que si decide no volver a verme o a dirigirme la palabra lo tendré bien merecido... ¿Te puedo pedir un favor? - pregunté.

SMin: claro - dijo mientras me tomaba del hombro, un gesto que siempre me daba tranquilidad.

Sg: no le cuentes que tuvimos esta conversación, sé que si no te ha dicho nada es porque no te quiere preocupar y porque seguro se sentiría avergonzada por lo que le hice - pedí esperando que me ayudara guardando este secreto, ella tendría su momento para hablar con papá también.

SMin: no tienes que pedírmelo, es algo entre padre e hijo, descuida... Sé que cuando ella esté lista me lo contará, aunque tenga que pasar un tiempo, porque créeme, ha hecho uso de toda clase de excusas para que no me entere de lo que pasó - la había orillado a mentir y sabía que odiaba las mentiras.

Sg: ¿ella está bien? - era una de las cosas que más anhelaba saber, aunque sabía cuál era la respuesta.

SMin: no sé si debería contarte esto, pero no, sabes cómo es, finge una sonrisa, pero por las noches llora cuando piensa que no la escucho - una parte de mí esperaba otra respuesta, pero también sabía que no podría ser de otro modo.

Sg: es mi culpa, todo eso es mi culpa - comencé a llorar de nuevo - si tan sólo pudiera recordar qué pasó, al menos sabría por dónde comenzar para lograr que me perdone.

SMin: primero debes perdonarte tú - tocó mi pecho con delicadeza.

Sg: nunca lo haré, le juré que la amaba y le fallé, yo le hice más daño que su propia madre - no podía evitar hacer estas comparaciones porque realmente sentía que era peor que ella.

SMin: no digas eso, no puedes compararte con esa mujer, tú no hiciste nada tan malo como ella - en ese momento ninguno de los dos podíamos imaginarnos que de verdad lo que había hecho no se quedaba sólo en una infidelidad, sino en palabras que habían herido cada parte de su ser y a comparación de los golpes, estas heridas tardaban más en sanar.

Sg: si prefiere estar en un lugar donde existe la posibilidad de encontrarse con ella, a verme a mí, creo que podemos darnos una idea de lo mucho que la dañé y no la culparía si me odiara como la odia a ella - aunque no lo quisiera, era muy probable que las cosas fueran así.

SMin: no pensemos más en eso, si en algún momento me doy cuenta que está lista para verte, yo mismo te avisaré, pero no vale la pena compararse ni darse golpes de pecho, sé que es difícil no hacerlo, pero lo mejor es que sigas tu vida como ella lo está haciendo - Tn estaba siguiendo con su vida y eso era bueno, pero quería que fuera junto a mí, no en otro país.

Se quedó unos días conmigo, normalmente no pasábamos mucho tiempo juntos, pero lo necesitaba y él lo sabía, aunque a ninguno de los dos nos gustara que Tn estuviera sola en México, sabíamos que estaría bien y yo necesitaba de la compañía de mi padre, cuando me sentí listo para volver a llevar mi vida como antes él se fue y me hizo prometerle que sin importar la hora o el día, lo llamaría si llegaba a sentirme mal y si necesitaba un consejo de padre a hijo o de hombre a hombre.

Después de eso retomé mi vida lo más normal que pude, pero me hacía falta ella, habíamos pasado casi 6 años juntos prácticamente 24/7 desde que ella comenzó a viajar con nosotros y ahora ya no estaba.

Los chicos también sufrieron mucho sin tenerla entre nosotros, todos necesitábamos esa lucecita que iluminaba todo, ella nos hacía felices y por mi causa no regresaría.

A todos les costó perdonarme, Hoseok me dejó de hablar un par de semanas luego del último mensaje que ella mandó, pero poco a poco las cosas fueron mejorando, a decir verdad, aún no me perdonan por eso, pero nuestra amistad ha ayudado para que entiendan que estoy muy arrepentido.

Yo sólo espero que después de estos meses, donde sea que esté, esté siendo feliz, que cumpla sus sueños y algún día pueda regresar a su hogar, aunque tenga que esconderme debajo de una piedra con tal de que ella esté tranquila pasando tiempo con los chicos.

Nada es prohibido. Parte 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora