Nada es prohibido. Parte 1

29 - Nueva Vida

SEÑOR MIN

Luego de que Tn llegara a México me dí cuenta enseguida de que algo no andaba bien, llegó llorando y aunque ambos éramos muy sentimentales cuando nos veíamos, algo me decía que estaba sufriendo por algo que no quería contar.

Cuando me dijo enseguida que quería quedarse una semana más confirmé que algo estaba pasando, quise pensar que tuvo una discusión con Yoongi y como es normal en los noviazgos, lo dejé pasar.

Mientras estábamos juntos siempre sonreía, pero su mirada estaba triste, era algo muy característico de ella, podría estar muriendo de dolor literalmente, pero siempre regalaría una sonrisa para evitar que los demás sufrieran, me dolía saber que había demasiadas cosas que callaba, pero no podía obligarla a contarme.

Pasaba los días llenándonos de paseos y cosas por hacer, era evidente que quería distraerse de lo que le causaba dolor, porque una vez que llegábamos a casa y entraba a su habitación la escuchaba llorar, quise preguntarle tantas veces, pero sabía que no me lo diría, al menos no hasta que estuviera lista.

Pasando las semanas podía notarla un poco más alegre, pero no lo suficiente, en todos esos días no había hablado con Yoongi, así que pensé que su relación quizá había terminado y por no incomodarme no me contaría.

Sabía que estaba huyendo de algo cuando me dijo que quería estudiar en México, la situación debía ser peor de lo que esperaba si ni siquiera quería regresar a Corea con sus amigos, pero tenía que apoyarla y sería bueno para ella socializar con más personas, así que si ella quería quedarse, no me quedaba más que hacer, así podía tenerla más cerca, yo pasaba gran parte de mi tiempo en México y así podía apoyarla de la mejor manera.

Cuando me dijo que no quería que Yoongi supiera dónde estaba, todo se aclaró, algo le había hecho mi hijo y no me lo diría para evitar que me decepcionara de él y por mucho que quisiera involucrarme, dejaría que los dos tomaran su tiempo para contármelo, tarde o temprano alguno tendría que hablar y yo respetaría que Tn no quisiera verlo, si él había hecho algo para que ella actuará así, lo justo era que ella pudiera tener un poco de paz.

Hice todos los trámites necesarios para inscribirla a la universidad que quería, era cerca de casa, así que estaría bien, pronto iría a Corea por sus cosas y por su nana, Tn la necesitaba junto a ella en este proceso, así que le ofrecería lo que fuera necesario para que viniera a México, aunque no hizo falta, accedió porque desde que conoció a Tn la aprecia y son buenas amigas, a pesar de que últimamente no se veían mucho por los múltiples viajes de Tn, pero sería un buen momento para que retomaran su amistad.

Todo estaba listo, Tn ya estaba instalada, se veía ilusionada y aunque seguro moría de miedo, podría jurar que no la había visto tan entusiasmada con algo desde hace años, su vida se había convertido en una rutina y era bueno que saliera de ella para que conociera algo más.

Me dolía saber que mis hijos estaban distanciados, pero sólo me quedaba aceptar sus decisiones, eran adultos y aunque a veces no sabían lo que hacían, les tocaría vivir a su manera.

TN

Las cosas me salieron mejor de lo que esperaba, sabía que en el fondo mi papá notaba que algo andaba mal, no era tonto y yo muy discreta tampoco, pero agradecía que me diera mi espacio y me apoyara en la decisión que estaba tomando sin cuestionarme.

Pronto comenzaría las clases, al principio quería estudiar administración de empresas, pero el Señor Min me convenció de que estudiara algo que realmente me gustara, así que al final elegí psicología, en un futuro podría irme al ámbito organizacional y podría trabajar en recursos humanos, lo cual era suficiente para poder entrar a la empresa.

Estaba emocionada, sabía que me costaría un poco acoplarme, pero no dudada de mis capacidades, tener maestros coreanos extremadamente exigentes me había preparado para cualquier cosa, así que estaba segura de que sobreviviría.

Pasadas las semanas sentía que estaba siendo demasiado sencillo, las clases eran tranquilas, tenía pocas tareas, me quedaba tiempo para ir a la empresa a ver cómo funcionaba todo, definitivamente sentía menos presión que cuando tenía sólo un profesor, no cantaba victoria, pero hasta ahora todo iba bien.

Papá había traído todas mis cosas asegurándose de que Yoongi no supiera dónde estaba, Ha Ri, mi "niñera" había venido con él y yo era la más feliz, al menos tendría a alguien a quién contarle mi triste vida, ella era joven, tenía 28 años y era muuuuy amable y me ayudaría a sacar adelante la casa y sobre todo me haría compañía para que no me sintiera sola.

Ha Ri y yo pasábamos solas mucho tiempo, papá trabajaba todo el día y a veces no estaba porque iba a ver otras empresas en las que tenía acciones, así que seguía viéndolo poco, pero era bueno, porque de esa forma no soportaba mentirle mientras lo veía a los ojos.

Había ocasiones en las que yo estaba sola porque Ha Ri tenía que visitar eventualmente a su familia, pero por primera vez en la vida no me disgustaba mi soledad, al contrario, la disfrutaba.

Al principio lloraba todo el tiempo cuando nadie me veía, pero poco a poco iba aprendiendo a contener mis emociones, obviamente todo seguía doliendo, unos días más que otros, pero aprendía a vivir con ello, la vida no era del todo mala, y por mucho que extrañara al Min Yoongi del que me había enamorado, tenía claro que no existía más o quizá nunca existió, o al menos me aferraba a esa idea para disminuir el sufrimiento.

Aunque una parte de mí se rehusaba a odiarlo, día con día me recordaba sus palabras para no salir corriendo a buscarlo, era lo único que me ayudaba a sobrevivir, sabía que estaba mal, que debía retomar mi terapia para poder avanzar de la mejor manera, pero por el momento prefería mantenerme ocupada haciendo mil cosas a la vez antes que aceptar que estaba mal por culpa de alguien a quien le entregué mi confianza y no la supo aprovechar.