Capítulo 5

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I have a heart that will never be tamed .

- ¿Estás segura que no te perderás, cerebro de pollo? – el rubio volvió a preguntar.

- Segura. Ahora bájate de mi carro de una vez.

- Bien, ____. ¿Mañana hacemos la misma rutina de ayer? Sólo que sin perderte esta vez. – rió molestándome. Por Dios, ¿uno no podía equivocarse?

Nota mental: No pedirle más favores a Jimin.

- Bájate ya. – dije tratando de parecer seria.

- Chao, ___ . – Park abrió la puerta del carro y se dispuso a bajarse.

- Ah, y Park. – el se volteó para mirarme con atención. – Gracias por rescatarme. Aunque seas un idiota.

- De nada, ___.

- Aún te odio. – escuché un 'lo sé' desde afuera del carro y su risa para luego cerrar la puerta. Aceleré y me alejé de su casa.

Bien, es oficial. No soportaré hacer dos meses de trabajo con ese tipo. Tal vez pueda contratarle un stripper a la Sra. Benson y así la convenzo de que me cambie de pareja.

Sí, eso suena bien.

Probablemente nunca tiene un buen polvo.

Enumeré mentalmente todas las razones posibles por las que ella podría cambiarme, pero es ilógico, ya que Park no ha hecho nada malo. [Dentro de lo que cabe]. Sólo joderme la vida y burlarse de mí, nada nuevo. Me dirijo a casa de Mike para probablemente escuchar un profundo y largo regaño de su parte. Acordé estar allí hace más de una hora.

Llegué a casa de mi mejor amigo y luego de una larga explicación, él dejó el tema. Gracias al cielo. No iba a soportar más charla de Park, cuando ya había tenido que pasar el día con él y creo que con sólo hoy, ya tuve suficiente de él hasta el próximo año.

- Buenas noches, ____. Te quiero y siempre voy a estar aquí para ti. – ¿ustedes saben esas conversaciones tardes en la noche cuando sólo te desahogas con tus amigos? Bueno, eso era lo que acababa de pasar. Prefería mil veces a Mike que a Brit o a cualquiera de mis otras amigas. Él era como mi hermano.


- Lo sé, Mikey. Gracias. Eres todo el cariño que necesito. – 'no todo' susurró mi mente. Luego de bochinchear como cotorras, caminé hacia el cuarto donde siempre suelo dormir, para rendirme ante los brazos de Morfeo.
***

- Vamos en carros separados. Yo tengo que pasar por mi casa a cambiarme. – señalé mi ropa de ayer. Mike asintió.

- Nos vemos en la escuela, enana. – besó mi cabello y se montó en su Range Rover mientras yo, luego de eso, me despedía de la amable madre de Mike, que siempre decía que yo era como la hija que nunca tuvo. Reí mentalmente, Mike siempre se ponía enojado cuando ella decía eso. Él era extremadamente apegado a su madre y eso... me causaba un nudo en la garganta. Manejé hacia mi casa y para cambiarme de ropa. Denim shorts y las hermosas botas Channel. Tomé mis Ray-Ban aviadores y caminé hacia afuera, tomando mi cartera. Ya mi madre se había ido. En fin, para acortarles la historia, llegué a la escuela y caminé hacia mi primera clase. Iba algo tarde. Cosa que no me importaba, en lo absoluto. Me tenía estresada la llegada de mi papá. Mamá siempre se ponía realmente grosera e insoportable [más de lo normal]. En la hora del almuerzo, por la ansiedad de la llegada de mi papá y del comportamiento de mi madre; esperen les explico: mi papá casi siempre se va de viaje por el trabajo, pero regresa en un par de días. Ésta vez se fue por un periodo exageradísimo de tiempo. Mamá estaba histérica llamando, y el sólo decía que había pasado un imprevisto y que no podía regresar a la casa aún. Por supuesto, los gritos de mi madre se escuchaban por toda la sala mientras peleaban por el teléfono y le dijo que cuando lo viera, lo mataría. –Por supuesto, no en el sentido literal de la palabra- en fin, la cosa es que mi mamá lo debe estar esperando con una metralleta en la casa o algo así. Entonces eso significa que si hay pelea para él, hay pelea para mí. Y eso significa que terminaré yo llorando histéricamente –para variar- y mi mamá diciéndome que soy una inmadura y por último, mi papá mirándonos a mi mamá y a mí desaprobatoriamente.

- Heyyy. – la mano de Thomas pasó por al frente de mi cara para hacerme salir de mi trance.

- Lo siento. Estoy desconectada. – bromeé para tomar algo de mi té frío.

- Entiendo. Estos días te he notado rara. - ¿soy tan obvia así?

- Estoy normal. – mentí. - ¿Porqué?

- No sé... - dijo analizándome. ¡Dios, que me deje en paz! Hice una sonrisa mitad nerviosa y mitad sarcástica. – Tengo que contarte algo...


***
- ¡Hija! Hasta que al fin llegas. – la voz hipócrita de mi mamá resonó por la sala otra vez.

- No puedes estar llegando a la hora que se te da la gana. – recordó mi papá. Suspiré frustrada. Acababa de llegar y ya me estaban bombardeando.

- Lo sé. – acepté.

- Déjala que llegue a la hora que quiere. Digo, total lo aprendió del padre. – gritó mamá.

- ¿Sabes que otra cosa heredó de mí? Aprender a soportarte. – respondió papá en el mismo tono de voz.

- Todo hubiera sido mejor si hubiera salido a mí. ___, ya he hablado con tu papá sobre tu peso. Vamos a llevarte al nutricionista, no puedes seguir así de gorda. – cerré los ojos fuertemente tratando de controlar las lágrimas. Ése era mi punto débil. Decirme gorda.

- ¿Cómo yo quedé metida en su cochina pelea? – grité. – Juro que los odio. – sonaba como un adolescente peleando con sus padres, pero eso es lo que soy. Una simple adolescente incomprendida.

- ¡Aprende modales! – gritó otra vez mi mamá. Los gritos me estaban dando migraña y Minnie debería estar metida en el fondo de mi cama.

- Es igual de grosera que tú. – dijo mi papá y luego se volteó a mirarme. – Se respetuosa, que no me gasto tanto dinero en esa maldita escuela para que seas así y tengas esa boca. – se acercó a mí y me hizo retroceder. - ¿Entiendes? – gritó. Asentí con miedo.

- Se lo he dicho pero no sirve de nada. ¡Mira cómo está vestida! – señaló con desprecio mi simple camisa. – Te he dicho que no uses camisas con muchos estampados.

- No tiene muchos estampados. – desafié.

- ¿Ah, no? ¡¿Entonces, qué es eso?! – gritó y señaló mi camisa. A esta altura, mi cara debía estar roja.

- No solo eso, esos shorts están extremadamente cortos. Pareces una mujerzuela. – bien, me habría reído si el insulto no fuera para mí. ¿qué clase de puta familia tengo? Luego de que me rellenaran de todo lo malo que hay en mí, los dejé hablando solos y subí corriendo las escaleras para no lidiar más con esta mierda. Llorando fuertemente, azoté la puerta. Comencé a pegarle a todas las almohadas de mi cuarto. Estaba fuera de mí. ¿Hay alguna guía de esto en internet? ¿Qué hacer cuando tu familia es una mierda?

No tengo la culpa de nada de lo que está pasando. Y mis papás, seguían peleando en la sala. Ahora papá se va a ir, mamá se va a enojar, papá va a venir tarde con la excusa del 'trabajo'; le va a pedir perdón, mamá lo va a perdonar e irán al cuarto a darse un revolcón. Y mañana, me volverán a recordar lo gorda y fea que soy. Lindo.

Precioso.

Divino.

Tan bello como mi sarcasmo.

Las lágrimas caían sin control. Había llegado a mi braking point. He tenido suficiente y me da miedo, porque no sé hasta dónde pueda aguantar esto. Mi *beep* celular comenzó a sonar y recordé que antes de llegar a la casa, le había mandado un mensaje a Mike diciéndole que me llamara. Quería contarle lo de Thomas en el almuerzo. Tomé mi celular y sin ver el ID caller, contesté.

- Mike. Gracias a Dios que llamas, te necesito. – mi voz se escuchaba realmente asquerosa y estaba ahogada por lágrimas.

- ¿____? – joder, ese no era Mike. - ¿Qué pasó? – la voz de mi compañero de química.

Mierda. Se me había olvidado ir a casa de Jimin.

Mierda.

Mierda.

...... Mierda.

¿alguna excusa buena que se les ocurra?


Nota: Por favorr, si están leyendo la novela háganme el favor de hacérmelo saber aun que sea con un voto ! Así me motivo a seguirla.. Gracias.

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