Capítulo 6

35 4 0
                                    

And If you try to hold meback I might explode .

- Lo siento. – dijerápidamente tratando de que mi voz se escuchara lo más firme posible. – Es quetuve un inconveniente y no pude ir. – expliqué. - ¿Lo corremos para mañana? –estaba hablando rápidamente y el, estoy segura que no me estaba entendiendonada.

- Okay. Tranquila. – me calmó. – No te estreses, si no pudiste ir, locorremos para mañana. – suspiré profundamente, secando mis lágrimas.

- Gracias. – murmuré. Nos quedamos en silencio escuchando la respiracióndel otro como por un minuto. Creo que él estaba preparado a llamarme einsultarme y al ver que estaba así se le ablandó el corazón. Y... esto de algunamanera se estaba volviendo realmente incómodo.

- Si necesitas uno de mis comentarios cachondos para alegrarte... - ysorpresivamente, reí. Salió fluido por mi garganta, sin forzarlo. Había estadoforzando risas desde que nací.

- No, gracias. – dije aún riendo.

- Funcionó. – rió suavemente por el teléfono. - ___, sé que soy un****a, pero no voy a juzgarte por nada. – me sorprendió con la tranquilidad quehabló.

- Ya, Jimin. – sonreí por el teléfono. – Gracias. Chao. – me despedí.

- Adiós, ___. – luego de cerrar, mi estómago gruñó, haciéndome saber queno había comido nada desde hace ya, el desayuno.

Esperen, esperen... ¿había de verdad hablado con Jimin? ¡Había bajado laguardia! Eso es algo que no existe en mi diccionario. No puedo volver amostrarme tan débil ante alguien. Menos frente a él. Luego de regañarme a mímisma, me cambié de ropa y salí a hacer lo que más me gusta y lo que me relaja.

Comprar.

***

Terminé de montar las bolsas en el carro y suspiré cansada. Eso era loque necesitaba, escaparme. Mi estómago volvió a retorcerse. ¡Mierda! Aún nohabía comido nada y mi estómago comenzaba a retorcerse en violentas arcadas.

Llegué a la casa y luego de comer algo y hacer deberes, tomé mi celulary me dispuse a mandar mensajes hasta dormirme.

Me levanté y comprobé si estaba bien de tiempo. ¡Coño, eran las once dela mañana! Y se supone que yo debía de haber estado en la escuela a las ocho.Suspiré cansada, ya no tenía sentido ir a la escuela. Me volví a dormir, sinantes revisar el centenar de mensajes que tenía en mi teléfono. Principalmentede Mike. Luego de explicarle, al fin pude regresar a mi lugar feliz.
Me volví a levantar y vi el reloj, una de la tarde. Fui a comer algo, miestómago me estaba matando. Luego recordé las fuertes palabras de mis padres yme limité a comer una manzana y bastante agua, para bajar el azúcar. Busqué enuna revista y leí que las frutas tenían una exagerada cantidad de azúcar. Loque sea, no me importó. Me miré en el espejo luego de bañarme. Últimamenteestaba más fea que nunca. Se me notaban unas ojeras hasta la mitad de la narizy estaba más gorda. Tragué con el fuerte nudo en la garganta. Me vestí con unblack tee de Old Navy y unos pantalones rasgados. Me puse unas lindas botasChannel y tomé mi laptop y mi cartera Carolina Herrera, para salir por lapuerta.

Jimin's POV.

- Eh, hola princesita. – lo dije porque sabía que le molestaba, pero selo decía porque soñaba con el día en que se lo pudiera decir en serio.

- Hola. – dijo desganada para pasar por la puerta y la miré bien. Estabamucho más delgada y los huesos de su cuello parecían un manubrio de bicicleta.No juego.

- ¿Vamos? – preguntó mirándome mal. Probablemente me vio la carahorrorizada. Asentí y caminé hasta la sala. Nos sentamos en el sofá y luego deque le brindé algo de comer, y se negó repetidas veces nos pusimos a adelantarel trabajo. Teníamos que hacer una o dos páginas por día, pero la verdad, esque una página nos tomaba como dos horas. Agradecí mentalmente a la malditaSra. Benson por esto. Bueno, tenía que pensar en decir algo, el silencio seestaba volviendo incómodo e insoportable.

- Y... ¿ya estás mejor? – soné como un inseguro gilipollas con ganas defollársela. Algo así como cuando un hombre le pregunta a una mujer si está bienpara luego llevársela al cuarto. Rodé los ojos mentalmente, ese no era mi fin.En mi cabeza esa pregunta había sonado mejor.

- Sí. – loca cortante. Sólo le había preguntado si estaba mejor.

- No deberías coger tu malhumor conmigo. – dije de mala gana para luegoregalarle una rodada de ojos.

- No estoy de malhumor. – escupió. – Te estoy hablando como te hehablado desde que te conozco.

- Bueno, si vas a estar hablándome mal, entonces no hablas. – la callé.Okay, eso en mi cabeza también había sonado mejor.

- Yo te hablo como me da la gana. – dijo enojada. Quitó su Mac de suspiernas y la puso al lado de ella, salvando el trabajo.

- Bueno, man, suave con tus palabras. – la miré mal. En serio no queríapelear, pero ella me sacaba de mis casillas.

- ¿Cómo que man? No soy ninguna de tus amigos. – rodó los ojos con asco.

- ¿Por qué usas tanto maquillaje? – pregunté al verla fijamente a lacara. No era que no se viera bien, al contrario, estaba preciosa. Sólo queamaba cuando iba al natural.

- ¿Eso te importa? – preguntó recogiendo sus cosas.

- No. – contesté duramente. - ¿Ahora qué es lo que te pasa? – agregué.

- Qué te importa. – tomé una almohada y se la lancé.

- ¿Qué es lo que te pasa? – preguntó para devolvérmela de un golpe.

- ¿Qué es lo que te pasa a ti? – volví a lanzarle la almohada duramente.

- Te odio Park. Vete a la mierda. – y con eso, cogió sus cosas y azotóla puerta de mi casa. Joder, ¿quién entendía a las mujeres? Todas son unaslocas.

- ¿Qué le pasó? – preguntó mi mamá bajando las escaleras, confundida porel azote de la puerta.

- Nada. Es sólo otra loca. – cabreadamente, subí las escaleras hacia micuarto para tirar también la puerta.

Maldita sea, con las mujeres uno nunca puede llevarse bien.

UNTAMEDDonde viven las historias. Descúbrelo ahora