Capítulo 8

36 4 1
                                    

Fighting with him is like trying to solve a crossword and then realizing there's no right answer .

- ¿Por qué no te permites hablar con otras personas? – rodó los ojos. La pregunta había estado algo complicada pero él sabía que lo había entendido.

- Porque no necesito de los demás. – contesté secamente.

- Todos necesitamos de los demás. – nos quedamos un momento en silencio. Sólo escuchando el sonido de las aves, el suave murmullo de los árboles, probablemente murmurando acerca de nosotros.

- ¿Mañana vienes a mi casa? – asentí. – Después de que terminemos, salgamos. – volteé mi cabeza en 0.2 segundos, lo miré confundida. ¿De qué hablaba?

- ¿A dónde?

- Puedo llevarte donde quieras. – me sonrió sensualmente y rodé los ojos.

- Lo que sea. – de pronto, se escuchó el timbre. Ambos nos paramos.

- Tranquila, planearé algo lo suficientemente interesante como para que te olvides de la mierda de vida que llevas por un rato. – se puso sus gafas de sol y se fue. Caminando. Dejándome a mí, boquiabierta -y algo enojada-. ¿Ahora de la gran nada tenía ese poder de tener todos mis sentidos bajo control y manejarlos como si tuviera un control remoto? Estúpido, confiado, egocéntrico. Lancé un gruñido y me dirigí a mi casillero.

Caminé hasta mi casillero. 110. Puse mi clave y saqué mi libro de matemáticas.

- Hey, guapa. – cerré los ojos fuertemente al escuchar la voz de Thomas. ¿No podía dejarme en paz?

- Hola. – me volteé con una sonrisa de un centavo. El puso una mano en mi cintura y honestamente me dieron ganas de vomitar. Me alejé disimuladamente, su cara estaba muy cerca.

- ¿Cuándo aceptarás salir conmigo? - ¿qué pasó con mi amigo y porqué ahora es un idiota?

- No lo sé, Thomas. No tengo mucho tiempo últimamente. – contesté agarrando mis libros con fuerza. Evité su mirada.

- Está bien, tú sólo avísame. – besó mi mejilla y se alejó caminando. Rodé los ojos interiormente. Otro idiota que trata de jugar conmigo.

Cuando el día por fin terminó, caminé hacia mi carro. Un poco pensativa, no había visto a Mike hoy, y no tenía ninguna clase con él. Jimin tampoco apareció en la clase de biología. Brit habló la paja correspondiente del día de hoy acerca de la vida de los demás. Nada nuevo.

Cuando llegué a mi carro, me di cuenta que había algo en el parabrisas. Caminé achicando los ojos viendo a ver si lo lograba visualizar con más claridad. Seguí caminando y tomé la rosa enredada en el parabrisas. Tenía un pequeño pedazo de papel, con algo escrito. Lo acerqué hasta mis ojos, luego recordé que tenía que ir al oftalmólogo por una cita. Estaba casi ciega, necesitaba lentes.

"Para ___;

La chica más hermosa.

-Tu admirador."

Casi solté una carcajada al leerlo. ¿Tu admirador? ¿Estábamos en tercer grado?

Lo que sea.

Abrí mi carro y tiré la flor en el asiento del copiloto, junto con la carta. Encendí el carro para huir de la correccional.
Probablemente, eran uno de los chicos de tercero, que siempre estaban buscando a las mayores. Deberían estar en crack o algo así, si pensaron que saldría con ellos. Son un puñado de chiquillos inmaduros.

Pero muy en el fondo, me enterneció el acto. Sólo por un momento.

UNTAMEDDonde viven las historias. Descúbrelo ahora