Primera mirada.
¿Alguna vez has tenido un sueño tan impactante que aún sigue en tu cerebro a pesar de los años?
Mis pasos se hacían cada vez más silenciosos conforme mis zapatos se hundían en la ligera y fría arena. El silencio reinaba en la playa, salvo por el choque que provocaban las olas al llegar a la orilla en la que me adentraba conforme los minutos pasaban.
Sentí la temperatura del agua al instante en que una de las olas llegó a donde me encontraba.
Un escalofrío me invadió, pero seguí con mi camino, a ningún destino en concreto.
Frené mis pasos al sentir como un cierto olor subía por la pituitaria de mis fosas nasales, provocando que frunciera el ceño en confusión. Giré mi cabeza a ambos lados y mi mirada pudo apreciar un fuego abrumador, tragué saliva.
Me armé de valor y corrí hasta aproximarme donde se encontraban las llamas, que cada vez se fortalecían más con el paso del tiempo.
El único vehículo que estaba estacionado en el parking más cercano a la playa estaba en llamas, y no pude encontrar motivo alguno por el cual comenzó a arder de la nada, por lo cual empecé a caminar hasta él.
El fuego no tenía nada de malo salvo que permanecieras alejado.
Con mucho cuidado fui acercándome hasta él, apartando la humareda bruna que ascendía de las llamaradas con ambas manos, hasta que pude apreciar a un pequeño bebé dentro del vehículo incendiado, miré ambos lados sin saber que hacer.
Ninguna señal de nadie.
Inspiré profundamente antes de enfrentarme a mis miedos abriendo la puerta de los asientos traseros, con los ojos entrecerrados conseguí ver dentro del vehículo, con dificultad.
Alargué ambas manos para desabrochar el cinturón que le retenía, antes de agarrar su pequeño cuerpo y alejarme lo más rápidamente que pude de aquel vehículo.
Volví mi cabeza hacia atrás y pude apreciar como en los asientos delanteros del vehículo los ocupaban una mujer en el asiento del copiloto y un hombre frente al volante. Sabía que sus cuerpos ya no tenían vida ya que más del cincuenta por ciento de sus cuerpos estaban carbonizados.
Cerré los ojos, apretando el cuerpo del pequeño contra mi pecho.
Una lágrima se deslizó por mi pómulo hasta acabar en la curvatura de mi cuello dejando un rastro de agua salada. Me concentré en la criatura que sostenía en mi brazos, que tendría pocos meses de vida y pude apreciar que no movía ni un músculo de su diminuto cuerpo.
Me alerté de inmediato por lo que me senté en la arena y coloqué al pequeño en uno de mis brazos, y comenzar con la maniobra de reanimación cardiopulmonar. Dos de mis dedos se colocaron a un lado de su pecho y presioné ligeramente pero con destreza hasta que arrancó a llorar.
Cuando el llanto apaciguó, comenzó a mover sus manos y sus piernas con entusiasmo. Sus ojos pestañearon hasta que su mirada conectó con la mía, sus ojos acaramelados me observaron durante un largo tiempo casi sin pestañear antes de que concentrara su mirada en algo o alguien que se situó tras de mí y se largara a llorar.
Volví mi cabeza hasta donde él estaba observando con temor en su mirada, y tragué saliva al ver un sujeto vestido totalmente de negro, con una sonrisa malévola dirigida a nosotros, negando con la cabeza dirigió unas palabras hacia mí.
—No tenías que haber hecho eso. —dijo el sujeto, irreconocible desde mi lugar.
Fruncí el ceño ante sus palabras, y me sobresalté al ser apuntada con una pistola, sostuve al pequeño más cerca de mí. Por lo que pude apreciar el pequeño se quedó inmóvil en mis brazos, observando a aquel sujeto que nos apuntaba con un arma, con cierta curiosidad en la mirada.
—¿Quieres decir tus últimas palabras? —volvió a hablar.
No supe que contestar, por lo que callé.
Cerré los ojos fuertemente al escuchar el seguro de la pistola y en el momento en que apretó el gatillo al mismo tiempo a unos pocos metros de nosotros el vehículo que estaba en llamas explotó ante nuestros ojos.
Y pude adivinar que lo del vehículo era un simulacro, y que él era el verdadero incendio.
Advertencias: contendrá escenas de violencia física como mental, intensas escenas sexuales detalladas, lenguaje vulgar, escenas de maltrato, vocabulario inadecuado, etc...
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